Entrenador y comandante

 
Alavés, 0; Real Murcia, 1.
La cosa estaba igualada y sin apenas ocasiones de gol, pero de repente, en un contragolpe inesperado, el Acheron francés se colocaba a popa del Surprise, es decir, se ponía a rueda, y eso era algo así como dar jaque mate. Los grumetes ingleses agachaban la cabeza, maldecían su suerte y daban el partido por perdido. Además de morir, y ya que ellos no estaban patrocinados por la Ucam, la prensa los masacraría. Pero entonces, no sé cómo, el capitán del Surprise se sacaba de la manga una genialidad táctica durante la noche; no sé qué rodeo, no sé que amago y gambeta, parece que me voy por aquí y luego te salgo por allí. El caso es que al amanecer era el Surprise el que estaba a rueda del Acheron, y los llantos del día anterior se habían convertido en hurras. Cómo me gusta a mí esa escena. Y sospecho que esa escena también le gusta mucho a Julio Velázquez.
 
Ahora el vestuario del Murcia está lleno de sextantes. Si vamos rumbo sur-suroeste es porque Julio está convencido de que por ahí es probable que pillemos buenas corrientes. La tripulación percibe que al frente hay alguien que sabe, y eso hace que cada uno se centre exclusivamente en su tarea. De gobernarnos ya se ocupa él. Si hay que caer, porque se puede caer, lo haremos con un capitán de verdad al mando. Qué tranquilidad da eso.
 
La genial maniobra de la defensa de cinco con dos laterales reconvertidos a centrales nos volvió a llevar en Vitoria al puerto más bello que puede existir en esta categoría: la victoria por la mínima sin encajar goles. Nada nos gusta tanto como el olor a 1-0 o 0-1 por la mañana. Bien es cierto que las maniobras las ejecutan los futbolistas: Alcalá y Bautista, casi inéditos durante la temporada, siguen sin conformarse con estar al nivel de los jugadores a los que sustituyen, y se han empeñado en elevarlo. Ahora tienen galones. Tanto ellos como Molinero estuvieron magistrales en la retaguardia, con la impagable ayuda de Iván Moreno, que corrió por tres.
 
El triunfo tiene mucho mérito porque da igual lo que diga la clasificación; este Alavés es bueno. Se movían mucho, tiraban paredes, desbordaban, lo hacían todo con mucho ritmo... Todo el rato intentaban hacernos cosas malas. El Murcia tampoco se quedaba corto, y además de su habitual asfixia en todo el campo, añadía salidas a la contra en las que sólo faltaba un poco más de precisión en el último pase de Saúl a Kike, y viceversa. Pudimos adelantarnos con una vaselina preciosa de Saúl, que probablemente sea el jugador más desconcertante y más imprevisible que recordamos con la camiseta del Murcia. También rozamos el gol con un cabezazo imponente de Alcalá, pero fue Kike el que hirió de verdad. Conduzco, te encaro, te hago recular, estoy al borde del área, me la pongo a mi derecha, interior a la escuadra del palo largo y ya te lo he pintado. Otro golazo más.
 
El árbitro, que seguramente comparte grupo de whatsapp con Piñeiro Crespo, demostró ser admirador de su obra y trató de imitarla en la primera parte, expulsando a Álex Martínez por dos fruslerías. Es posible que en el descanso, el colegiado viera en ese mismo grupo algún "tas pasao" acompañado de emoticono dramático, y de la segunda parte, salvo por su descuento interminable, no tenemos queja. Pudo clavar el puñal hasta el fondo con un posible penalti de Casto, pero tuvo piedad.
 
Desde la expulsión hasta el final del partido, el Murcia demostró su oficio, disfrutó defendiendo esa ventaja, estuvo cómodo en el sufrimiento.  Los rebotes eran nuestros. Los centros desde línea de fondo del Alavés no encontraban remate, y el cabezazo agónico del rival que otro día habría entrado y nos habría deprimido, esta vez fue al larguero. Hasta hizo sol. De todas maneras, teniendo a Eddy ahí en medio cortando lianas y apartando rivales de un soplido, es más fácil que los astros se alíen contigo.
 
Una última cosa. Kike no es un prodigio de expresividad en sus declaraciones, y por eso nos llama mucho la atención que cada vez que menciona el "bloque" que hay en este Murcia como la clave para ser tan competitivos, cita a Julio. Ayer volvió a hacerlo. No dice nunca "bloque" a secas, como si se hubiera generado por ciencia infusa, sino que siempre habla de "el bloque que ha creado este entrenador". Julio ha construido ese bloque. Y he escuchado declaraciones parecidas a otros compañeros, en semanas donde no era precisamente muy popular dar la cara por su jefe. Son indicios que confirman nuestra teoría: ahí dentro no sólo hay un entrenador, sino también un comandante.
 
Real Murcia: Casto; Molinero, Bautista, Alcalá, Alex,  Iván Moreno (Wellington, m.73); Dorca, Toribio, Eddy; Saúl (Truyols, m.81) y Kike (Malonga, m.92)
Goles: 0-1. Kike. Min. 33.

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