Norte, dulce norte


Coruxo, 0; Real Murcia, 1
Dicen que por los prados del norte ya han pegado con fiso la foto de Arturo en el lomo de unas cuantas vacas como señal de advertencia, y dicen que los abuelos de las ciudades y pueblos que han sufrido sus goles lo convierten en protagonista habitual de sus tertulias de plaza, manda carallo con aquel rapaz del Murcia. A este paso, cuando Arturo salga a dar un paseo por las localidades del Grupo I el día antes del partido, los nativos bajarán persianas y echarán dobles pestillos mientras se santiguan, ya está aquí el ogro del sur. En una categoría donde apenas hay partidos televisados, la imaginación tiene que poner el resto, y ahora mismo, para la mayoría de aficionados del Grupo I, o incluso para el aficionado al fútbol que siga de reojo la Segunda B, Arturo, el del Murcia, es justo eso: un ogro, un delantero goleador. Difícilmente leerán crónicas del Murcia, difícilmente profundizarán para saber quién es realmente nuestro pichichi o desde qué posición del campo parte, pero les llega, de una manera u otra, que hay un tal Arturo en el Murcia que les gana los partidos. Simplemente eso. Como mucho, en el As o el Marca sí echan un vistazo a la ficha técnica, más concretamente al 'Goles', que tiene un inexplicable magnetismo, y ahí siempre le encuentran a él. Eso le vale al aficionado que no tiene demasiadas referencias para formarse una imagen: ese tipo es un ogro, un cazagoles, seguramente un tanque, seguramente entre 27 y 32 años, un tipo experto, un especialista. No sospechan que Arturo todavía no ha superado definitivamente sus problemas con el acné, que tiene planta pero aún es una pluma entre bloques de hormigón, y que sólo ahora empieza a darle la vuelta a la definición de su entrenador de juveniles, "un Xabi Alonso con llegada", para empezar a ser más bien un llegador con cosas de Xabi Alonso.

Este chico tiene un don, que es hacerlo todo con mucha delicadeza y muy rápido. En el gol sólo da dos toques: control y disparo, pero en el tiempo más breve, el justo para evitar que el oponente se le eche encima. Son detalles de superior categoría que volvieron a diferenciar al Murcia de su rival en otro choque igualado, de machete entre los dientes y minas antipersona por todo el césped. "Fue un partido claro de 0-0", dijo después el entrenador del Coruxo, lo cual nos entusiasma, porque significa que este Murcia no encaja goles ni en el campo ni en la sala de prensa, donde el discurso sobre los merecimientos suele mover el marcador.

Lo negativo es que parece haber unanimidad en que al Murcia le falta algo de fluidez para crear más juego y ocasiones, pero no sé si dominar esa faceta a estas alturas de temporada era realmente posible, con los condicionantes que nos lastran. Cabe recordar, además, que en el último ascenso a Segunda, con una plantilla bastante superior (Pedro, Kike, Chando, Richi), el equipo no destacó por un fútbol brillante, sino por lo que hoy vuelve a tenernos arriba: la defensa, el cerrojo en portería, la convicción de que si nos adelantábamos, iba a ser difícil que se nos escaparan los puntos. Y eso, que es la base para aspirar a algo, lo tenemos de momento. Somos un equipo irritante, fuerte, alto, que muerde, que no se complica y que espera que sus individualidades (Rubén, Jairo, Garmendia, Javi Flores) vayan despertando conforme avance la competición. Mientras se desperezan, seguimos a lomos de Arturo, el factor X, el secreto mejor guardado del infrafútbol

En Coruxo, un barrio costero de Vigo, volvió a producirse un milagro que no deja de sorprendernos esta temporada: Arturo mete un gol, mira a la grada y tiene aficionados a quienes dedicárselo. De hecho, parece como si se turnaran, sacamos coche nosotros para ir a Langreo, estad vosotros en Coruxo. Alrededor de quince hinchas murcianistas se cruzaron España de madrugada para estar en O Vao y acompañar allí al anfitrión habitual este año: José Antonio Currás, el pimentonero de Orense. ¿Qué pensarán los jugadores al comprobar que hay gente dispuesta a hacer la misma odisea que ellos pero no por obligación, como es el caso de los profesionales, sino por placer? Tengo la impresión de que ese manojo de camisetas grana en el norte les borra de un plumazo cualquier asomo de queja o de excusa, y que el compromiso se fortalece.

Uno de los que más animó, dijeron en la radio, fue un señor al que en el descanso le preguntó Fermín Noaín si había sido mucha paliza el viaje. "No, si yo aunque soy murciano y del Murcia vivo en La Coruña. Es que me engañó una gallega y me quedé aquí a vivir", respondió. El hombre, devorado por los nervios a causa del partido, soltaba tacos ante el micro con toda naturalidad, y ya que era incapaz de calmarse él, intentó al menos calmar a los demás: "Una cosa: mi padre está en Alemania, y como estará escuchando el partido quiero decirle que tranquilo, que ganamos. Papi, estamos jugando bien, ganamos seguro". Tenía dos hijos que había dejado en un cumpleaños, así que jovencito no debía ser, pero usó un "tranquilo, papi" sentido, que emocionó. Qué cantidad de murcianos misteriosos hay repartidos por España, y qué bonito es cuando afloran. Seguro que algún otro integrante de esa categoría estará presente en el próximo desplazamiento de Zamora; probablemente alguno al que también *engañó* una nativa y al que la visita de su Murcia le alegrará el alma. Ya es conocida nuestra pasión por conquistar tierras del norte, así que en esa ciudad milenaria estarán preparados. De hecho, en estos momentos, por los prados que rodean a Zamora puede que ya haya vacas pastando con una foto muy grande de Arturo pegada al lomo. Avisando. Advirtiendo.

Real Murcia: Iván Crespo, Jaume, Prieto, Satrústegui, Pumar, Acciari, Armando, Arturo (Garmendia, 68'), Albiol, Rubén Sánchez (Jairo, 65') y Gerard Oliva (Carrillo, 78').
Goles: 0-1. Arturo (35').
Luis María Valero  @Mondo_Moyano  torremendolliure@gmail.com

1 comentario:

  1. ¡Yo conozco a ese murciano coruñés! Estuvo en Ferrol y también dijo lo mismo sobre que le había engañado una gallega, jaja. Gran tipo, sin duda. Pedazo de abrazo nos dimos en el 0-1 de Arturo en A Malata sin haber cruzado palabra aún.

    P.D: Habla en alemán con su padre por el whatsapp. Debería haberle dicho el "tranquilo, papi" en ese idioma.

    ResponderEliminar