El novio de la muerte


Mérida, 0; Real Murcia, 2
Me dijo Diego, maestro extremeño-murcianista, que tras no sé qué reforma del estadio del Mérida aparecieron bajo el terreno de juego varias tumbas romanas, con sus correspondientes romanos. Hay muerte antigua bajo el césped de este campo, eso me vino a indicar Diego, y entonces yo pensé inmediatamente: somos favoritos, somos favoritísimos. El Murcia jugaría su partido ante el Mérida sobre un cementerio romano, jugaría su partido sobre la muerte, y ésa era la mejor noticia posible. Un escenario así es el ideal para el club medio muerto, para el club que ya ha vuelto varias veces del coma. En los entornos de muerte, el Murcia se maneja mejor que nadie. Por ello, en los entornos de muerte siempre es favorito, y diría incluso que, con la muerte de por medio, estamos invictos.

Del partido sólo sabemos de oídas, porque no fue televisado. Hasta ultimísima hora esperé a que, contra toda lógica, brotaran de algún lado las imágenes del partido, pero nada brotó. Sonido, sólo. Dicen que el Murcia contuvo a su rival, que el Murcia construyó una casa de ladrillos y esperó que el Mérida soplara y soplara. Después, el Murcia salió de su casa con la servilleta anudada al cuello y se comió al Mérida, dicen. Según parece, Chavero peinó un córner justo en la zona por donde le gustaba merodear a Acciari, y en el segundo palo apareció Carlos Álvarez para empujarla. Tras el 0-1, el locutor mencionó un par de veces a Fernando con tonos muy agudos y muy excitados. Cuentan fuentes solventes que nuestro portero nos salvó. Sobre el segundo gol nacieron dos teorías: los humanos que aún conservan cierta ilusión por la vida afirmaban que había sido obra de Fran Moreno, pero los votantes del PP mantenían que el autor era un defensa del Mérida, en propia puerta. Finalmente, las imágenes dan la razón a estos últimos. Siempre ganan. 

La victoria disipará esta semana un hecho todavía más misterioso que el éxito del yogurt helado: Sergio García no jugó ni un minuto. ¿Qué deberá estar pensando nuestro melenas? Le han dejado repentinamente justo cuando más entregado estaba a la pasión, justo cuando todo parecía encajar en la relación. No cuesta imaginarle abrazado a la almohada en su habitación, escuchando canciones de Eros Ramazzotti sobre el desamor. La mejor noticia es que dejamos por segunda jornada consecutiva la portería a cero, y, si de verdad comenzamos a afinar en defensa, cuidado. Son buenos tiempos, hemos cogido velocidad. En el inicio de temporada estábamos cegados por la contrariedad, teníamos la venda en los ojos, pero ahora nuestra mirada se ha hecho más clara. Ahora vemos más y mejor. Vemos tanto que incluso distinguimos cómo allá al fondo asoma el partido en La Condomina contra el Ucam. Yo ya me asomo al balcón y me quedo un rato mirando hacia Santa Eulalia. Se han formado ya los bandos: ellos tendrán a Dios de su parte, nosotros tendremos a la muerte. 

Real Murcia: Fernando, José Ruíz, Ruso, Sobregrau, Pumar, Sergi Guilló, Chavero, Germán (Isi, 64'), Javi López (Arturo, 77'), Fran Moreno (Armando, 53') y Carlos Álvarez.
Goles: 0-1 (Carlos Álvarez, 24') 0-2 (Alguien en propia puerta, 51')

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