La matamos porque era nuestra


Alejandro G. Morata (@moratisimo)

Ucam, 1; Real Murcia 2
El balón del minuto 93 se fue a la barrera y entonces sí. Entonces sí entró el balón de Chavero. Porque no nos engañemos, la pelota todavía no había entrado. Seguía sobrevolando, parsimoniosa, la línea de meta de miles de corazones murcianistas. En efecto, miles. En nuestro prostituido estadio y fuera, viéndolo por la tele o en la red. Un estadio que costaba reconocer al principio, pero al que poco a poco le fuimos cogiendo aire. En la grada y en el campo. Pero no es justo. ¿Realmente merecemos algo así? La mayoría de los murcianos (entre ellos los que celebran goles de unos payos de azul) sí, vale, pero ¿nosotros? ¿los que somos murcianistas? Nuestra clase alta y política opina que la humillación que supone que te despojen de lo tuyo y te lo restrieguen por la cara está justificadísima.

Sin embargo, once muchachos de grana se empeñaron en ajustar cuentas. Sentían que se lo debían a ellos mismos, y por extensión a nosotros. Que no hombre, que no. Que por ahí no paso. Que te estás follando a mi mujer y encima te quieres limpiar la polla con mis cortinas. Mis cojones van a ganar hoy aquí. Y ganaron.

Un partido duro al que le perdimos la cara por momentos. Aira recuperó a Sergio para la banda y le costó acostumbrarse. Parecía dolido por las jornadas previas, no entendiendo por qué motivo perdió el sitio cuando mejor estaba. Pero Chavero le chistó. Calla, joder, que hemos venido a ganar. Y ganamos.

Fuimos serios ante un rival complicado, con un negro en mediocampo al que le conté seis pares de botas distintos. Llegaba a todas, las tocaba todas. Pero Chavero se dio cuenta y le chistó. Aquí, el que juega soy yo. Apoyado en una zaga que apenas concedió un par de ocasiones claras, casi todo tiros de lejos, y unos incansables Carlos Álvarez, Germán, Armando y nuestros dos grandes laterales, decidió marcar el ritmo del partido. Su clarividencia asusta. Como ese vendedor avispado que cuando ve un primo al que colocarle una enciclopedia se relame y le manda un whatsapp a la jefa, con media sonrisa y ceja enarcada, “nena, voy a zumbarle una Larousse” Mientras le aguanta el fuelle todo pasa por él, y por desgracia eso es jodido durante noventa minutos. ¿Por qué has deambulado por la B todo estos años, Alejandro? Aquí tenías tu casa.

La justicia poética, tan añorada por esto lares, decidió que hoy el día era grana. Nos envió un gol en propia puerta y otro del ex, que contrarrestaba el golazo del otro ex. Y se escuchó el pitido final. Miles de nudos empezaron a liberarse en los estómagos, como un adolescente el 22 de Junio a las 14.30. Libres. Hemos evitado que nos mancillen en nuestra casa. Saltos, gritos desgarrados, abrazos indiscriminados, patadas, puñetazos, vómitos. Todos salieron de la cueva. Queremos ver la luz de esos focos, guardarte en la retina como aquella “última” vez. Probablemente hasta hoy no nos hayamos dado cuenta de lo mucho que te echamos de menos. El ambiente previo al partido rodeado de tantísima juventud es inenarrable. Cientos de personas enfundadas en sus camisetas, bufandas y banderas. Rostros conocidos de toda la vida junto a otros que empiezan a configurarse. Certeza absoluta contemplando aquello de que nada ni nadie nos va a matar. No van a poder con esto. Nacimos para recibir hostias pero vamos a seguir de pie.

Por todo esto nos duele tanto, amor mío, que dentro de quince días te vuelvan a tocar, que vuelvan a profanar tu himen de color grana. Por eso hoy, Condomina, te hemos matado. Te queremos en nuestra memoria, queremos vivirte en sueños, onírica Condomina, pero no queremos volver y verte sufrir. Así que no nos ha quedado más remedio que matarte. Sí, Condomina, hoy te hemos matado. Porque siempre has sido nuestra y ahora nos dicen que no. Es intolerable, tú lo sabes.  Por eso cuando vuelva pasar frente a ti te gritaré, te añoraré, pero siempre sabiendo que estás mejor muerta. Y a mi nieto le contaré que un día el murcianismo mató a su estadio. Y cuando me pregunte el motivo lo miraré a los ojos, muy serio, y le diré que la matamos porque era nuestra.

Real Murcia: Fernando, José Ruiz, Ruso, Sobregrau, Pumar, Armando, Chavero, Germán Sáenz (Isi 56’), Sergio García (Arturo 85’), Fran Moreno (Rafa de Vicente 69’) y Carlos Álvarez (Sergio García 75').
Goles: 0-1 Dani (en propia puerta), minuto 23;  1-1 Góngora, minuto 30;  1-2 Chavero, minuto 74.

1 comentario:

  1. Es que es así, siempre será nuestra pese a todo y todos.
    REAL MURCIA=CONDOMINA, CONDOMINA=REAL MURCIA.

    ResponderEliminar