Soledad feliz


Real Murcia, 2; Real Jaén, 0
Qué emotiva semana de celestineo hemos vivido. Por todos lados brotaban los alcahuetes, los intermediarios de buena voluntad que nos daban la palmada y nos felicitaban: enhorabuena, hombre, que Murcia ya os quiere otra vez. Vencimos al Ucam en La Condomina, es decir, nos repeinamos y nos echamos colonia, y por eso, según parece, volvíamos a gustarle a Murcia. Volverán al campo los disidentes, celebraban los celestinos; se ha restablecido el vínculo, pronosticaban los celestinos. Pues claro, hombre, así de fácil: Murcia nos ama de nuevo, ahora que olemos bien. Como la chica que te promete que te querrá cuando cambies. El verdadero amor.

Son los humanos así llamados volveré cuando. A la compañía de los humanos del tipo volveré cuando se vaya Samper aún no podemos aspirar, así que teníamos que conformarnos con los humanos del tipo volveré cuando el Murcia vaya bien. Sin embargo, a tenor de la entrada registrada en Nueva Condomina, similar a la del resto de partidos, o esos humanos han cambiado de subgrupo para unirse a los volveré cuando se vaya Samper, o bien han abandonado directamente todo subgrupo, y ya no volverán nunca. Al fin y al cabo, la chica que te pedía que cambiaras siempre encontraba nuevas exigencias. No te quería, aunque sabía explicártelo de muchas formas originales.

El equipo no recibió ni la mitad de calor que en La Condomina, pero también en frío sabe ganar. Venía un rival singular por su amabilidad, precisamente en una categoría en la que no se dan ni las buenas tardes. El Jaén es amable sin el balón, por eso es el equipo menos tarjeteado de España tras Barcelona y Madrid. Pero también con el balón demostraron ser amables, y eso ya resultaba peligroso para nosotros. El Jaén vio el centro del campo de Nueva Condomina, le gustó y lo reclamó como suyo. El portavoz de esa demanda era uno de esos calvos que sólo pueden ser mediocentros. Durante la primera parte, se apropiaron esos metros: el Jaén nos movió, nos trasladó, pero no nos descolocó. Nosotros esperábamos, y en alguna contra pudimos demostrar que no nos importaba seguir siendo líderes, que no teníamos inconveniente. Fueron merodeos. Ellos también estaban interesados en marcar goles, y en tres acciones a balón parado de esa primera parte lo rozaron. Toda la gama: córner, falta lateral y falta directa. Nos arrebataron algún suspiro, pero perdonaron. Y lo pagaron.

Al borde del descanso, uno de esos rebotes y carambolas que sólo te benefician si eres líder acabó en un empalme ciego de Germán, entre hombres confundidos. Le dieron el gol realmente a nuestro canario-jamaicano, aunque alguno que otro en la grada afirmó convencidísimo que el autor había sido un tal Inercia. En la segunda parte, Chavero, Arturo y Rafa de Vicente se dirigieron al mediocentro calvo del Jaén y le pidieron muy educadamente la devolución del centro del campo. El equipo amable nos lo cedió, y entonces el Murcia fue meciendo el partido, aprovechando que en esa zona teníamos más hombres especializados en mecer. Nuestra defensa, con un José Ruiz inconmensurable, acompañó con aplomo. Mecemos, mecemos, seguimos meciendo, pero de repente la coge Chavero en banda y se nos acelera el pulso. Dónde vas, Alejandro. Qué tramas, moreno.

Alejandro encara, Alejandro arranca una aventura de las grandes, una Ruta Quetzal, y deja atrás a un amable, y deja atrás a otro amable, y deja atrás a toda la amabilidad que cabe imaginar en la provincia de Jaén. Chavero se planta en el área con arabescos, ya nos tienes en pie, Alejandro, hace muchos metros que nos levantaste, y se la deja a Carlos Álvarez, que al borde del área dispara en semifallo, sí, pero con matices. Es mitad fallo y mitad genialidad, de tal manera que podemos llamarle semifallo, sí, pero también podemos llamarle semigenialidad. Ese remate extraño de Carlos termina convirtiéndose en una asistencia perfecta para Germán, que la espera en el segundo palo para poner el 2-0 con calma de neurocirujano. ¿Y cuántos gritaron ese gol? ¿Esperábamos que lo gritara más gente? Qué más da. La de Nueva Condomina es, de momento, una soledad feliz.

Real Murcia: Fernando, José Ruiz, Pumar, Ruso, Armando, Jaume, Fran Moreno (Arturo, 50), Chavero, Germán, Sergio García (Rafa de Vicente, 60) y Carlos Álvarez (Azkorra, 80)
Goles: 1-0 (Germán, 44) 2-0 (Germán, 67)

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