Vivirlo


Alejandro Oliva [@betandtuit]

Cartagena, 1; Real Murcia, 3
A Cartagena no volvíamos este año. Era algo seguro, de lo poco incuestionable en una temporada de dudas. Intuíamos que sería jodida, que apenas nos pitarían penaltis; intuíamos que haría fresco en invierno y que después iría llegando el calor. Intuíamos cosas muy probables, pero que a Cartagena no volvíamos este año era algo seguro. No volvíamos, de ninguna manera. La decisión era meditada y firme, tomada desde hace casi un año. ¿A Cartagena? No. ¿A Cartagena? Ni hablar. ¿A Cartagena? Quita, quita. ¿Morata va? Morata no va. ¿Pero va alguien? A Cartagena, nadie. Y no era por esos 3 euros extra, hombre, ni por esa ubicación irresponsable que nos dio su directiva, ni por los escupitajos a los que te condena ese lugar. Tampoco era por la comprensible indignación del murcianismo oficial, qué va. Era por todo eso, pero no era por eso. Era porque allí, hace casi un año, respiramos algo que no queremos para nuestros hijos, algo que no tiene nada que ver con el fútbol, ni con el amor a tus colores, ni con la identidad. Un odio visceral que algunos quieren emparentar con el fútbol, pero que es lo contrario al fútbol. A Cartagena no volvíamos, y eso se puede explicar, pero lo que no sabría explicar bien es por qué al final volvimos a Cartagena. Y mira que lo he intentado, que llevo años intentando explicar por qué acompañamos a nuestro equipo, por qué somos del Murcia. Pero es imposible.

A Cartagena no volvíamos este año, pero volvimos. Durante la semana sólo se habló de la falta de seguridad para los desplazados, de su ubicación, del precio de las entradas, de dignidad y de decencia, y hasta de los escupitajos, pero de pronto, casi en el descuento, se empezó a hablar de acompañar al equipo, de no dejarlo solo, de arropar a los nuestros. Dejamos de hablar de fútbol y empezamos a hablar del Murcia. Los veteranos de siempre, los treintañeros clásicos, los zagales que por su edad sólo pueden recordar descensos; de pronto, todos, con el escudo. Volvíamos a Cartagena. ¿A Cartagena? A Cartagena. ¿Volvemos? Volvemos. ¿Morata va? Morata viene. Y ahí estábamos, en Cartagena. Entrando en el estadio, oliendo el verde, tocando el ruido inequívoco del fútbol. No se puede explicar. ¿Volvimos porque el Murcia podía ganar? No. ¿Volvimos porque Josema, David Sánchez y Guardiola, cada uno desde su línea, han convertido un buen Murcia en un gran Murcia? Ni hablar. ¿Volvimos porque algo nos dice que este año puede pasar todo lo contrario a lo del año pasado? Quita, quita. ¿Volvimos acaso porque no se televisaba? Tampoco, porque en realidad, desde allí abajo, apenas vimos el partido. Pero lo vivimos juntos. Y esa manera de vivirlo es lo que no se puede explicar, como todas las cosas que merecen la pena. ¿Por qué volvimos a Cartagena? ¿Por qué acompañamos a nuestro equipo? ¿Por qué somos del Murcia? No sabría explicarlo bien, y mira que lo he intentado, pero cuando vuelvo a vivirlo me doy cuenta de lo lejos que estoy de conseguirlo. Sólo queda seguir intentándolo y volver, siempre volver. ¿Pero a Cartagena? No. Ni hablar.

Real Murcia: Simón; José Ruiz, Pumar, Golobart, Josema; David Sánchez, Armando, Diego Benito (Curto, 53'); Isi, Rayco (Borja, 87'), Guardiola (Adri Cruz, 70').
Goles: 0-1 (Guardiola, 8'). 1-1 (Pumar pp, 32'), 1-2 (Josema 56'), 1-3 (Víctor Curto, 76').

3 comentarios:

  1. Pero volveremos. Y lo veremos juntos.

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  2. Enhorabuena, creo que pones palabras a los pensamientos de muchos otros que estuvieron allí, yo también estuve, pero al contrario que otros, como mi hermano al que convencí no haciéndole mucho caso. Yo si sabía que iba, quizás porque hace tiempo que acepté lo que significa ser del Murcia y que coño, me gusta ir a Cartagena, arropar y sentirme arropado por todos esos que no ibamos. Por cierto, no vi tanta violencia en los ojos de la afición, de hecho una cartagenerista me vio luxarme el codo por segunda vez cuando Simón no les dio falsas esperanzas y hasta me deseó una pronta recuperación desde la grada al parking donde nos ubicaron, ojalá sea un augurio...

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  3. Muchas gracias.
    Y totalmente de acuerdo en lo de este año. Por la ciudad y en los alrededores nada de odio. Y en el campo casi tampoco.

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