Buena mierda


Luis María Valero (@mondo_moyano)

Real Murcia, 1; Jumilla, 0
En torno al minuto 70 de partido estábamos en pie los dos, el Morata por su fila, yo por la mía, pero ambos cuerpos y ambas almas lo suficientemente cerca como para que pudiera interpretarse que una sola fila del Fondo Sur era lo que compartíamos. En muy pocos partidos contra el Jumilla a lo largo de la historia ha llegado un aficionado del Murcia en pie al minuto 70; supongo que la postura histórica a esas alturas de partido habrá sido la de sentado, e incluso la de espatarrado. No fue mi caso ni el del Morata ni el de tantos otros, a los que el minuto 70 de este Murcia-Jumilla nos descubrió erguidos, antiespatarrados, en oposición radical a toda relajación, y más asustados que un manifestante de la CUP en una peli de Bud Spencer.

El Morata en su fila; yo en la mía (los dos en la misma). Entonces, en torno a ese minuto 70, emití un diagnóstico muy poco original en voz alta: hay que ganar esto en una jugada suelta, a balón parado, como sea, que nos entre un churro y para casa. Millones de diagnósticos similares habré emitido en el minuto 70 de un 0-0 en casa, pero el Morata recogió esa lectura y la interpretó como nunca antes había escuchado, verdaderamente la tradujo al idioma del fútbol y dijo: "Hoy quiero mierda, hoy quiero una victoria de mierda". Y al final fue mierda, realmente lo fue, pero fue buena mierda. Incluso me atrevo a decir que fue mierda de la mejor categoría o al menos una de las mejores mierdas que se puede encontrar hoy día en el mercado: un Murcia solidario, que ya presiona como un equipo de comerciales de Vodaphone, en coreografía, y que gracias a José María Salmeroni ya regala muy poco, se lo tienes que comprar todo para ganarle. Sigue habiendo viscosidad, carencias estructurales: el físico de David Sánchez y la indolencia de Santi Jara, por ejemplo, pero también asoman las buenas noticias, como Jordan y Carnicer, que se empeñaron en sentarnos al Morata y a mí y a todos desde el minuto 70 hasta el final. Sin embargo, el que me subió definitivamente a la fila del Morata para que nuestros diagnósticos se abrazaran fue Elady; él trajo el milagro, la visión celestial, como un gitano que surca de repente una avenida de la ciudad haciendo un caballito con la bici mientras mantiene la columna vertebral rectísima.

Camino a casa, alguien me preguntó: "¿Qué? ¿Crees que estamos a tiempo?". Y sólo le pude decir una cosa. Y sólo puedo repetir lo mismo ahora y aquí y en este momento: no existen límites en el universo para un equipo que empieza a producir buena mierda en Segunda B.

Real Murcia: Biel Ribas, Juanra, Ortiz, Orfila, Forniés, David Sánchez, Armando (Carnicer 75'), Santi Jara, Molinero (Jordán 50'), Elady y Pedro (Chamorro 68')
Goles: Gitano surcando avenida mientras hace un caballito majestuoso con la bici y mantiene la columna rectísima.

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