La gran evasión

Alejandro Oliva (@betandtuit)

Granada B, 1; Real Murcia, 2.
Llega otra primavera y, aunque parezca increíble, el Murcia vuelve a tener un plan para fugarse de la Segunda B. Llega otro final de temporada y recuerdo La gran evasión, aquella memorable película de los sesenta que mi padre nos ponía en su primer vídeo VHS, donde una serie de personajes inolvidables intenta escapar de un campo de concentración nazi, cada uno a su manera, más o menos organizada, más o menos desesperada, unos de manera más meditada, otros más apresurada. El paso de los años debería dejarnos cada vez más débiles y desmoralizados, sin fuerzas para intentar huir pero, como aquellos personajes de La gran evasión, nos negamos a aceptar nuestro destino de morir recluidos en el campo de concentración al que nos mandó Tebas. Primero intentamos saltar la alambrada por el grupo norte, a las bravas, casi sin recursos; después hemos intentado cavar túneles por el grupo andaluz, más organizados, con un planteamiento a priori más serio, con mejores herramientas. Pero es muy difícil escapar. Siempre nos terminan pillando, siempre suena el silbato aterrador de los nazis que acaba por volver a atraparnos en un agujero del que sólo escapan cuatro de 80 cada temporada. Tanto en la película como en la Segunda B, la clave parece estar en no perder la esperanza, gestionar el fracaso sin desesperarse, tener la paciencia justa para llegar fuerte a esa oportunidad que se presenta en primavera.

José María Salmerón parece uno de esos tipos pacientes que ha organizado más de una fuga. De los que sabe reunir a los suyos, sin levantar apenas la voz, para explicar su plan: hay que construir un largo túnel durante toda la temporada, con una estructura sólida; rápido, pero sin prisas; un túnel que te permita poder escapar de Segunda B al final de la primavera. En Granada, en una semana turbia en la que el túnel parecía desmoronarse desde dentro del propio club, el Murcia dio un empujón importante en la construcción de su túnel, en una tarde lluviosa y un escenario embarrado que parecía invitar a tirar la toalla. En Granada, el Murcia sintió el impulso del murcianismo, que una vez más demostró que dentro del campo de concentración no ha hecho más que crecer y hacerse fuerte, al contrario de lo que planeó Tebas al recluirnos. El murcianismo se volvió a mojar bajo una lluvia continua, violenta, hijadeputa, y contribuyó a su manera a que el túnel no se desmorone, a que el plan de fuga siga vivo una semana más. Y en Granada, el Murcia, sobre todo, sintió el impulso de una plantilla de futbolistas que parece dispuesta a sacarnos del campo de concentración. En realidad lleva todo el año haciéndolo, aunque a veces el balón no entre y entonces, cómo no, se apela a sus cojones, el órgano más mencionado en las gradas españolas: los cojones, hay que echarle huevos, faltan cojones; el órgano sin duda más sobrevalorado en el fútbol, siempre en boca de todo el que necesita una explicación fácil, qué cojones le han puesto, dicen, cuando en realidad sólo lo dicen porque ganaron el partido. El paso entre tener y no tener cojones suele ser un balón que entra. Y en Granada el balón entró, y Molo pasó de crucificado a héroe, y de repente esta plantilla pasaba a tener cojones. La épica en fútbol es así de arbitraria. El balón entró, y entonces jugadores e hinchas dejamos el pico y la pala, nos limpiamos el barro, sacamos la tierra de los bolsillos, nos abrazamos, felices. El túnel sigue sin desmoronarse, el proyecto sigue vivo. Otro maldito túnel para intentar escapar, este más pacientemente planificado por el maestro Salmerón. Llega otra primavera y, aunque parezca increíble, volvemos a tener un plan de fuga, como en aquella memorable película de los sesenta que mi padre nos ponía en su primer vídeo VHS. Habrá que volver a verla uno de estos días y recordar que alguno de aquellos personajes inolvidables conseguía salir con vida de la Segunda B.

Real Murcia: Biel Ribas, Orfila, Charlie Dean, David Mateos (Pallardó, 63'), Forniés; David Sánchez (Molo, 55'); Santi Jara, Armando, Juanma, Jordan Domínguez (Pedro Martín, 55'); Chrisantus.
Goles: Mateos, de libre directo; y Molo, con algo más que cojones.

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