Puto verano

Alguien a quien poder escribir cualquier cosa, eso es indispensable. Alguien ante el que poner la cabeza boca abajo, alguien ante el que volcar lo íntimo o al menos lo recóndito, eso hace falta siempre. Hace unos días yo saqué de lo recóndito cierta teoría sobre la naturaleza de Dios (ya, ya), sobre su supuesta afición o hobby por retirarse. Da igual, ya son otros lópez, esto no es Mondo Isaías. Realmente vertebré esa teoría y la decoré con muchas palabras para servírsela no sin reticencias a ese amigo autorizado para lo recóndito. Sin un hola, siquiera. Sin piedad. "He llegado a una conclusión sobre Dios", y ya había que imaginar la reacción de El Autorizado ante ese arranque; qué sudor frío a 30 grados, qué sobresalto e incluso qué terror. Seis párrafos necesité para explicarme, para trasladar lo de mi cabeza a la cabeza de otro, y ya sólo esa mudanza me alivió.

Pero esa mudanza, esa teoría, ese boca abajo de lo recóndito fue luego reubicado por El Autorizado, fue oportunamente puesto en su lugar con apenas dos palabras que llegaron de repente, sin ya esperarlo yo, después de horas de silencio:

"Puto verano".

La letanía de la pretemporada. Ese primer partido del Murcia que cada día que pasa parece más lejos, en vez de más cerca. El tener demasiado tiempo para darle vueltas a la cabeza. 

"Puto verano".

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