Recreativo de Huelva, 0; Real Murcia, 0.
No he estado jamás en
la provincia de Huelva, y algo me dice que ya no voy a estar salvo que allí nos
juguemos un descenso, claro. Pero tiene pinta Huelva de ser lugar en el que de
pronto se mueve un viento extrañísimo, de esos que levanta las bolsas de plástico
y remueve las hojas del suelo. Un viento de esos que trastorna a los animales y
afecta, dicen, a las emociones de algunas personas. Y debió de ser un viento de
esos, o a saber qué, lo que empujó a Julio Velázquez, 21 jornadas después, a
cambiar lo que funcionaba bien, puesto que el Real Murcia cerró la primera
vuelta con sólo cinco derrotas, y todas por la mínima.
Debió de ser un viento
extrañísimo de esos lo que empujó a Velázquez a quitar a Eddy en Huelva de la
mediapunta, de ese lugar impreciso ya desde su nombre. Por fin se ha dado
cuenta, celebraba una parte importante del entorno grana, ya era hora. Un
jugador más creativo, con más gol y con último pase, ocupaba esa posición por
detrás de Malonga. Pero la ilusión del cambio y las buenas intenciones del
técnico murcianista chocaron con un Huelva necesitado, que se adueñó del balón,
se adelantó muy pronto en el marcador y arrolló al equipo murciano en una gran
primera parte. 3-0 al descanso, y eso que Casto, el mejor en el Nuevo
Colombino, salvó al Murcia de una goleada mayor.
En la segunda parte el
Recre quiso amarrar y dio un lógico paso atrás. Fueron los mejores minutos del
Murcia, culminados con un gol sensacional, que quedará en la memoria del
murcianismo. Ocurrió en el minuto 62, cuando Malonga aprovechó un error del
portero onubense para pasar con maestría el balón al jugador que sustituía a Eddy,
que controló bien, armó la pierna rápido y superó a Cabrero con un disparo
precioso, ajustado y fuerte; perfecto. Un golazo. Era evidente que en cuanto un
jugador sustituyera a Eddy en esa posición, llegarían los goles. Bien por Julio
Velázquez. Bien por ese viento.
El Murcia se
lanzó a por el segundo, pero en un rápido contraataque lo que llegó fue el
cuarto del Recre. Y justo entonces, cuando sus jugadores lo celebraban,
desperté de milagro de una de esas siestas fatídicas de fin de semana en las que
se juntan una mala noche y dos copas de tinto. Lamenté que ya fueran las seis
de la tarde: tenía el tiempo muy justo para repasar las alineaciones y
acomodarme para ver al Murcia en Huelva. Al Murcia de siempre, claro: al Murcia
equilibrado, sólido, que apenas concede ocasiones de gol al rival, y que sacó
un 0-0 soberbio en un campo difícil, en el que a pesar de jugar sin los dos
jugadores que dan o marcan todos los goles del equipo, estuvo más cerca de
ganar que de perder. Al Murcia de Eddy en la mediapunta. Porque Julio
Velázquez, gracias a Dios, no parece un tipo de esos que pierda el norte cuando
se mueve un viento de esos extrañísimos, de los que levanta las bolsas de
plástico y remueve las hojas del suelo, un viento de esos que casi seguro debe
soplar en la provincia de Huelva, en la que jamás he estado, en la que algo me
dice que ya no voy a estar. Salvo que allí nos juguemos un descenso, claro.
Real Murcia: Casto; Molinero, Dorca, Mauro Dos Santos, Dani Bautista; Acciari (Albiol, m.68), Toribio; Tete, Eddy, Iván Moreno (Wellington, m.76) y Malonga (Truyols, m.88).
No hay comentarios:
Publicar un comentario