Víctimas de la lógica


Cultural, 1; Real Murcia, 0
Qué solos estamos, Señor. Y qué magullados. Liga, Federación, políticos, nuestros propios dueños… vapuleados por todas esas tribus sin compasión, bajo un silencio mortal, como si fuera una prueba colosal de fe, como si fuéramos tu nuevo Job. ¿Y ahora también los árbitros? Piel sajada por las llagas: hasta la brisa nos abre heridas ulcerosas. Capaces de contagiarnos de lepra donde la lepra ha sido erradicada. El agua fresca y pura de los ríos nos abrasaría la lengua. Si tocáramos las trompetas al llegar a Jericó, las murallas caerían sobre nosotros y nos sepultarían ante el asombro de nuestros enemigos. Si fuéramos el hijo pródigo que regresa a casa, nuestro padre nos recibiría a palos. ¿Qué becerro hemos adorado para recibir este castigo? ¿Qué pecado cometimos? ¿Es la Ucam tu pueblo elegido y nosotros debemos ser simplemente aniquilados por ocupar su misma tierra? Hemos de seguir cantando mientras esperamos tu perdón.

La lógica, se dijo el árbitro, debo aplicar la lógica, eso nos lo decimos todos: actuar en base a la coherencia, no debo mostrarme incoherente sino coherente, debo ir vestido, no lo contrario, debo andar por la acera, no por la carretera, debo hablar con las personas situándome ni demasiado cerca ni demasiado lejos de ellas, la lógica, siempre movidos por la lógica, así la humanidad, y así también el colegiado Hernández Maeso. Qué dice la lógica, se preguntó el árbitro, y él mismo encontró respuesta para esa pregunta: lo que para otros clubes queda sin vigencia, es aplicado y sobreaplicado y sobreaplicadísimo con el Murcia. Lo que no suele valer con nadie, con el Murcia sí vale. El Murcia no paga a Hacienda: desciende. El resto de clubes no pagan a Hacienda: no descienden, y claman juntos y amparados por Tebas contra la injusticia de que pudieran llegar a descender. Alguien tenía que llevar esa lógica de los despachos al terreno de juego, y ha sido Hernández Maeso el que con más gallardía se ha atrevido. Si hay trato especial al Murcia en los despachos, por qué no va a haber entonces trato especial al Murcia en el campo, así Hernández Maeso. Y en efecto, este hombre nos dio sobre el campo el trato especial que se correspondía exactamente con el de los despachos.

El gol de la Cultural fue mano y falta al portero, todo a la vez. El gol de la Cultural fue, lógicamente, concedido. Esta captura evidencia que el árbitro vio perfectamente la acción, en la que el jugador rival hace un cristo crucificado que habría firmado Jesús Carballo para el ejercicio de anillas en cualquier olimpiada. Sin embargo, hubo algo que evitó que el colegiado soplara su silbato: la lógica. Sus jefes directos se lavaron las manos el día de nuestra condena, y sólo cuando sus manos estaban secas, señalaron Galicia en un mapa para decir: y ahora, a jugar aquí. ¿Bajo qué criterio? Evidentemente, bajo el criterio de la lógica. Hernández Maeso sabe cómo actuó con el Murcia esa tribu federativa, la suya, y sabe también cómo actuaron el resto de tribus: la incoherencia hecha coherencia, el atropello hecho anécdota, la puñalada hecha moraleja para el resto. Y Hernández Maeso saca conclusiones sobre lo que es lógico pitar y sobre lo que no es lógico pitar en un partido del Murcia, en un partido del club moraleja. ¿Anular un gol clamoroso con la mano? ¿Pero acaso lo de este verano no fue un gigantesco gol con la mano y se concedió? ¿Por qué no se iba a conceder éste? 

Quien no ha tenido en cuenta la lógica en las últimas jornadas ha sido Aira, despreciando una estadística demoledora: cuando juega Acciari ganamos partidos. Nunca será el centrocampista que mejor encaje con su filosofía de juego, pero con él ahí en medio portando el brazalete, llevamos pinturas de guerra y pueden pasar cosas: puede inventarse un gol imposible a balón parado, puede ordenar el centro del campo como venía haciéndolo toda la temporada, puede desquiciar a los rivales con mil trucos o incluso puede comerse al árbitro tras el gol como ninguno de nuestros jugadores fue capaz de hacer, no sé si avergonzados. El equipo demostró ese apocamiento durante todo el partido, fue plano, y aunque tuvo un par de ocasiones, se enmarañó casi siempre en la buena presión de la Cultural. El empate apareció pronto como lo previsible, incluso como lo justo, hasta que Hernández Maeso demostró ser un hombre prudente y razonable, un hombre sensato que simplemente dio continuidad en su ámbito de competencia a lo que empezaron otros mucho antes. Lógicamente.

Real Murcia: Fernando, Jose (Acciar, 69'), Pumar, Prieto, Arturo, Jaume, Jairo (Gerard Oliva, 75'), Garmendia (Albiol, 58'), Carrillo, Armando y Javi Flores.
Goles: 1-0. La mano de alguien (66').
Luis María Valero  @Mondo_Moyano  torremendolliure@gmail.com

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