Hazlo tuyo


Foto: "¡Aguanten los granas!" (© José Manuel Martínez)
Alejandro Oliva (@betandtuit)

Don Benito, 0; Real Murcia, 0.
Con las miles de cosas interesantes que dijo don Luis Aragonés, me temo que va a pasar a la historia una de las más estúpidas que dijo. Y una de las que menos le representa, además. Luis fue un tipo muy grande, un tipo extraordinario, lleno de luces y sombras, seguramente como todos los tipos muy grandes y extraordinarios. Un tipo con mal genio y cara de mala leche, un poco como de querer estar siempre en otro sitio. Luis fue un futbolista sobresaliente y un buen entrenador, de carrera larga, algo irregular, seguramente como casi todas las carreras largas. Luis tuvo varios éxitos importantes y algún tropezón, y sólo su tozudez, su tremenda cabezonería para no dejar la selección española cuando España entera clamaba contra él, le ha permitido pasar a la historia como un héroe. Luis clasificó a España en la repesca para el Mundial de Alemania en 2006, donde se estrelló en octavos contra el último coletazo de la penúltima gran Francia, y a finales de ese año su selección tocó fondo, al perder en Irlanda del Norte y en Suecia. Luis se llevó hostias por todos lados, con una unanimidad de la España futbolística casi sin precedentes, que lo masacraba, lo insultaba y le recordaba continuamente que había incumplido su promesa de irse tras el Mundial. Pero Luis no se fue, ni Ángel María Villar lo destituyó y, sólo unos meses más tarde, Luis empezó a cambiar la historia de la selección española. Sólo unos meses más tarde, empezó todo: el tiquitaca y la posesión, el juego vistoso y las victorias, la Eurocopa soñada, por fin, la semilla para ganar un Mundial. En año y medio, esa unanimidad de la España futbolística casi sin precedentes cambió de barrio, y Luis pasó de ser un majadero cabezón al gran genio que había revolucionado el fútbol español. Fue así, ojo. En año y medio. Sin transición que se recuerde, sin matices, sin grises, sin análisis ni discusión posible, acaso porque eran los mismos, exactamente los mismos que lo habían denigrado, los que ahora lo ensalzaban; y aún más cuando murió, claro, en 2014. Luis fue un tipo muy grande, un tipo extraordinario que no paraba de decir cosas interesantes, pero me temo que pasará a la historia por una de las cosas más estúpidas que dijo, y una de las que menos le representa, además. Fue en una rueda de prensa, entrenando al Atléti, con su proverbial mal genio, cuando dijo eso de que el fútbol consiste en “ganar y ganar y ganar… y volver a ganar, y ganar y ganar”. La frase estaba destinada a triunfar: era sencilla y sonora, tenía fuerza, tenía la profundidad justa para ser irrebatible. Y ahí están, venga a citarla, con esa unanimidad de la España futbolística que casi da miedo. Y ganar y ganar y ganar. Da igual de qué equipo sean, da igual que pierdan hasta al futbolín. Y volver a ganar, dicen, sin rubor. Y ganar y ganar y ganar, repiten, sin parar. Y volver a ganar, y ganar y ganar; y ganar, y ganar, insisten, sin un número de ‘ganares’ determinado, porque no hay límite en el número de 'ganares', ojo, como no hay límite en la tontería. Menudo legado nos dejaste, Luis, con la frase. Estoy casi seguro de que si lo hubieras sabido te hubieras quedado calladico, Luis. De que era sólo una manera de hablar, una necesidad de transmitirlo a tu gente así, en ese momento; de que sabías que el fútbol es todo eso, sí, pero es mucho más que eso. De que sabías que el fútbol es, como mucho, intentar ganar, y volver a intentarlo. Que el fútbol, y lo que no es fútbol, es sobre todo jugar y jugar y volver a jugar.

El Murcia continuó en Don Benito superando, igualando o acercándose a varias de las mejores rachas de su historia. El Murcia lleva más de un año sin perder fuera de casa, el Murcia apenas recibe goles, el Murcia lleva desde la primera jornada sin encajar un gol en jugada de un rival. El Murcia de Herrero, este Murcia que no ha cobrado en toda la temporada, lleva unos resultados notables, sensacionales dadas las circunstancias. Y a pesar de eso, había que ganar en Don Benito. Y ganar y ganar y ganar. Por alguna extraña razón que se me escapa, una parte del murcianismo sigue pensando que en Don Benito hay que ganar, que en Don Benito el Murcia debe ganar por cojones, por alguna ley no escrita, por una extraña superioridad histórica que tiene que transmitirse en el campo, que debe incapacitar a once futbolistas del Club Deportivo Don Benito para empatarle al Real Murcia. “En Don Benito hay que ganar”. Es un pensamiento que me sigue fascinando, una mezcla de inocencia y prepotencia que ignora la esencia del fútbol, y casi de la vida. Que confunde la máxima ambición que siempre hay que tener con la absurda exigencia de conseguir algo por lo que también lucha otro. Es una manera de verlo muy extendida en esta tierra, quizá influida por el madridismo dominante, o quizá por esa unanimidad de la España futbolística donde tanto ha calado el y ganar y ganar y volver a ganar; es una manera de verlo que ha dilapidado todos los proyectos deportivos que se han intentado en Murcia, todos, siempre, incluso en los mejores años del Murcia, en los 80, cuando unas cuantas derrotas acabaron con José Víctor Rodríguez, con Eusebio Ríos, con Vicente Carlos Campillo, con Antal Dunai. Con todos, siempre, jamás un entrenador más de dos años seguidos en Murcia. En un Murcia que no cobra, en un Murcia con resultados muy notables, ya se duda de Herrero, por ese eterno “en Don Benito hay que ganar”. Por suerte, casi a la vez que no podíamos ganar y ganar y ganar en Don Benito, un par de murcianistas lanzaban una web para facilitar la participación en la ampliación de capital del club. Antonio Ruiz y Víctor García trabajaron todo el sábado sin descanso, 14 horas, sin comer apenas, todo por un escudo, para que cuanto antes, en unos días cruciales para el murcianismo, todos pudiéramos comprar fácilmente un trocito del Murcia. Es algo que está en nuestra mano, gracias a Antonio, gracias a Víctor, gracias a todos los que están dejando su tiempo por el Murcia, dentro de esta gran plataforma en la que por primera vez se contempla un futuro sin la obligación de ascender, un futuro sin la obligación de ganar. En Don Benito se puede ganar o no, pero el Murcia sí podemos hacerlo nuestro, desde casa, sin ningún jugador del Don Benito que venga a quitarnos el móvil, sin que el árbitro corte el wifi cuando vas a culminar la compra. Y ya ese mismo domingo, y ya durante esta misma semana, ha brotado algo maravilloso, una corriente de murcianismo que emerge en cada rincón de la ciudad, un torrente de cariño desde todos los puntos del mundo. Un contador de amor mágico que no para de crecer. Un aliento de vida para el desahuciado. Una solidaridad entre hinchadas e hinchas para mostrar que el fútbol es ganar, sí, pero es mucho más que ganar. El Real Murcia eres tú. #Hazlotuyo, #HazloReal, aunque sólo sea para que podamos volver a empatar y empatar y empatar en Don Benito. Hazlo tuyo para jugar y jugar y poder siempre volver a verlo jugar.

Real Murcia: Mackay, Migue, Charlie Dean, Dani Pérez, Forniés; Maestre, Armando (Josema, 83’), Miñano (Juanma, 78’), Corredera; Manel (Chumbi, 72’), Dani Aquino.
Goles: Antonio Ruiz y Víctor García.

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