Villanovensizados


Luis María Valero

San Fernando, 2; Real Murcia, 1
No sabría decir cuándo bajó definitivamente el listón, pero sí puedo decir que no ha bajado él solo, no podemos hablar de un listón autónomo y móvil, sino que ha habido acción humana: hemos ayudado todos a bajarlo, poco a poco, domingo a domingo, desde hace mucho. Supongo que la época de los Samper empezó a desdibujarlo todo, y que llegamos a interiorizar las broncas que aquellos hombres trajeados nos echaban por no conformarnos con el lodo, por no saborearlo. De hecho, muchos desarrollaron un interesantísimo síndrome de Estocolmo: "Gracias, muchas gracias por el lodo. No nos merecemos más". Aquellos hombres de traje, digo, comenzaron a sedarnos, y el nuevo estadio también ayudó. Todo se volvió más acorde a la distancia con el césped, más frío, más lejano. El estadio moderno, gélido y semivacío de un equipo que no tiene del todo claro si es grande o pequeño. Y tantos palos, tantísimos. Esa cantinela de que somos unos desgraciados, ese empezar a conformarnos con la fatalidad, incluso antes de que llegase. Eso ha empujado hacia abajo el listón, está claro, eso nos ha hecho perder el norte, encumbrar a jugadores normales y relajar la exigencia. Al menos hay algo positivo en esa trayectoria: la inocencia. Esta afición se ha hecho cada vez más inocente, más pura, menos hijadeputa. Y es algo objetivamente bueno, pero también algo que ha acercado el listón al suelo. Otro factor que ha influido ha sido la contratación de entrenadores que no sabían exactamente dónde estaban, lo que tiene que ser el Murcia en Segunda B, y que terminaban contagiando esa confusión. Paco García o Manolo Herrero pueden ser buenos ejemplos. No entienden que cuando el Murcia está en Segunda B, no hay excusas, incluso cuando las hay. Ya, ya sé cómo suena. Pero esa forma de pensar es positiva siempre a la larga. "¿Bajas? ¿Dificultades? Somos el Murcia, me cago en mi puta madre". Ése es el discurso, así de básico y de simplón, al menos en esta categoría. Y nada más. Eso es saberse grande, y esa ambición y esa agresividad deben ser obligatoriamente inoculadas a la plantilla. 

¿Cómo sabemos si se inocula? Por cómo muerden los domingos, por cómo salen a decirle al oído al San Fernando ese "somos el Murcia, me cago en mi puta madre y en la tuya" que previamente se les ha metido en sangre desde el entorno (secundario, llega poco) y desde el entrenador (primario, llega mucho). No se ve eso en este equipo, y por tanto cabe pensar que algo gordo está fallando y que domina la amorosa comprensión hacia los suspensos que trae el niño. Es que está tenso, no puede estudiar. Es que se esfuerza, pero siempre pasa algo. Es que tuvo mala suerte con una pregunta que le tocó. No, no: una rabia, un orgullo. Es un todo hecho de muy pequeñas piezas: empieza en las ruedas de prensa, continúa con sentir una exigencia sana de todo el entorno (el futbolista verdaderamente ganador agradece eso, y de hecho ha venido al Murcia para eso), sigue con no dar por buenos los empates, o por seguir buscando la victoria cuando te quedas con uno menos en casa, etc. Y si hay excusas, entonces somos el Villanovense, y nos hemos villanovensizado, y la media tabla es nuestro sitio y ahí estamos bien y salvar la temporada será un éxito. No, no, despertad. Eh, somos buen equipo, nos hemos permitido incluso el lujo de tener tres meses sentado a Forniés, que está sólo a un gran entrenador de jugar en Segunda División hasta que se retire. Somos buen equipo, y no quisiera recordar la humildad de muchos de los nombres con los que hemos llegado sobradamente al playoff las cuatro temporadas anteriores. Hay recursos, hay más de lo que está pareciendo. Pero es fundamental recordar lo que somos. Esos que salieron en la segunda parte, por ejemplo, demostraron que lo saben. Esos. Juanma, Josema, Escribano. También José Ruiz, que llegados a esta situación se convierte en indiscutible. Estamos limitados y no tenemos dinero, pero se puede mucho más.  Antes que nada: ¿Sabemos quiénes somos? ¿Sabemos cómo tenemos que ir por Segunda B? Comprender eso es prioritario. Podría habernos tocado ser el Villanovense, pero somos el Real Murcia. 

Real Murcia: Mackay, José Ruiz, Charlie Dean, Hugo, Nahuel, Maestre (Escribano, 84'), Jeisson, Armando, Manel, Miguel Díaz (Juanma, 77') y Miñano (Josema, 59').
Goles: 1-0 (Nano Cavilla, 5’), 2-0 (Bruno Herrero, 45’), 2-1 (Juanma Bravo, 92’).

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