Primavera en Centrofama


Luis María Valero

Real Murcia, 0; Don Benito, 1
Centrofama no es un centro comercial demasiado hermoso, aunque tampoco desmesuradamente depresivo. Es un limbo, un no-lugar en el que los relojes se detienen y los objetos comienzan a mirarte fijamente, te miran los escaparates tristes, te mira la arquitectura brutalista, te mira el rojo menos rojo de este universo, realmente te mira todo lo no-vivo que conforma el centro comercial más céntrico del centro de Murcia, el fracasado centro comercial ochentero que habría encajado como un guante en Pripyat, la ciudad de Chernobyl. Un día las escaleras mecánicas de Centrofama miraron a su alrededor y fueron conscientes de la realidad, conscientes de que nada iba bien, de que ningún humano subía por ellas, y entonces se pararon solas, fue una especie de suicidio de circuitos, los técnicos no entendían nada, esas escaleras mecánicas renunciaron a la vida y ahora ya son estáticas, nadie ha podido reanimarlas nunca. Desde entonces, yo siempre he sospechado que la planta superior de Centrofama está cerrada y reservada en exclusiva a fantasmas y espíritus nerviosos de susto fácil. Sólo se te permite el acceso si has muerto, podremos subir en cuanto nos apuñalen o nos peguen siete tiros, y entonces saldremos de dudas sobre lo que pasa allí arriba, sólo entonces sabremos. Pero desmesuradamente depresivo tampoco es, Centrofama. Y ahí está el Murcia, exactamente, mientras afuera llueve. El Murcia está en la terraza interior del Bar Tebas, tomándose un café con leche que no sabe a nada, agarrado a sus 40 puntos y mirando de reojo por si se acerca el yonki de siempre, el moreno de chándal con pelazo que últimamente cojea un poco, y que se ha consolidado como el yonki que más rápidamente se caga en Dios de toda la ciudad. Otros yonkis de Murcia se cagan en Dios si es que la interacción con el viandante al que le piden dinero se complica, por ejemplo a partir de una respuesta desafiante, pero el yonki que gusta de incluir Centrofama en su ruta diaria, nuestro yonki, es de un me-cago-en-Dios ágil. A veces se caga en la Virgen, tal y como han señalado otros autores, "o en los dos a la vez", puntualizan terceros. En general apunta alto en sus me-cago-en, siempre a figuras importantes, y efectivamente es de mecha fácil, ya simplemente que digas no llevar cincuenta céntimos encima es motivo suficiente para que brote de sus labios el lema. Ahora mismo ese yonki está entretenido con el Málaga B, el Almería B, el Ejido, el Villanovense y el Granada B, los tiene a todos en otra zona de Centrofama, pero el Murcia está acojonado, y hablamos de un yonki que huele el miedo como nadie, a muchos metros de distancia. No creo que venga a tocarnos los cojones. No creo. Pero seguimos mirando de reojo.

Algunos esperaban a Benito, a secas, pero resultó ser efectivamente Don Benito, un señor muy serio y hasta elegante en su austeridad, perfectamente replegado y dispuesto a aprovechar a la contra las autopistas que dejaban Josema y Forniés cuando no bajaban (muchas veces). El diagnóstico técnico del partido lo ofreció Alberto: "Si propones un juego directo, la segunda línea tiene que estar cerca para aprovechar esas segundas acciones que se generan. Y el problema en los dos partidos de Algar es que tanto Miñano como especialmente Miguel Díaz han estado muy lejos de ejercer eso". El diagnóstico espiritual lo ofreció Juanjo: "Lo que más me jode es que siendo malos jugamos como relajaditos". Puede que interiorizar esa última conclusión sea el camino inicial para evitar al yonki que se caga en Dios: nosotros tenemos que jugar como el Don Benito ahora. Ha quedado sobradamente claro que no tenemos calidad para tocar el balón, así que lo mismo hay que empezar a resguardarse atrás y aceptar nuestras limitaciones. La paradoja de este equipo es que no tiene la suficiente calidad para marcar unas mínimas diferencias, pero, sobre todo en el centro del campo, tampoco es que vaya sobrado de carácter. Por eso somos incapaces de estar tranquilos. El yonki está lejos y parece imposible que vaya a pasar por donde está el Murcia tomándose un café con leche. No creo. Pero afuera llueve y se acaba de escuchar un aullido que procede de la planta superior de Centrofama. El portero se resbala. Hugo Álvarez lleva toda la segunda vuelta resbalado, y sólo Juanma emerge de repente como un trozo de madera al que agarrarse. El calendario parece ahora plagado de Benitos a los que hay que tratar de usted. No creo que venga el yonki, pero todo está trastornado: ya no sabemos quién es bueno y quién es malo, toda referencia ha quedado disuelta en la mediocridad. Deformación de criterios. ¿Chumbi? Uno de los mejores delanteros que hemos tenido en nuestra historia. Lo mismo hay que renovar ya a Miñano, o lo mismo hay que echarlo sin miramientos, no se sabe bien nada. Ensimismados, mirando el café con leche. No creo que venga el yonki a cagarse en Dios y puede que en la Virgen. Centrofama es mitad de la tabla: no es un lugar hermoso, pero tampoco desmesuradamente depresivo. Deberíamos librarnos sin mayores problemas, no nos toca que venga el yonki a liárnosla. No creo que venga. No creo.

Real Murcia: Mackay; Hugo Álvarez, Armando, Sergio Maestre, Josema (Parras, 67'), Forniés; Juanma Bravo, Miguel Díaz (Nahuel, 67'), Miñano (Jeisson, 80'); Manel y Chumbi.
Goles: 0-1 (Abraham Pozo, 17').

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