"¿Que cómo juega Adrián? Le gusta el rock and roll"


Luis María Valero (mondo_moyano)

Esta mañana de festivo raro, mientras me arrastraba a por víveres a un Carrefour Express, decidí que quería saber más sobre Adrián Hernández. No sabemos tanto. Por eso le he preguntado a Diego Segado (Cartagena, 23/11/1982), todo un veterano de la Tercera División murciana que se ha hecho un nombre en la categoría en equipos como el Bala Azul o La Unión, y que ha sido guardameta suplente del Churra este año, además de su preparador de porteros. También es policía, entrenador y futuro psicólogo. Polivalente, el tío. Allí, en Churra, ha estado a las órdenes del nuevo entrenador del Murcia, y me apetecía que me contara si Adrián sí o si Adrián no. Y sí, sí. Adrián sí, dice.

Qué perfil tan completo tienes, Diego. Portero, entrenador, policía y futuro psicólogo.
Sí, estoy estudiando Psicología ahora, y me he sacado todos los cursos de entrenador: el nivel nacional de entrenador de porteros, el nivel nacional de fútbol, y además un máster de fútbol de la Federación. Pero no sé si me dedicaré a ello. Ser primer entrenador es lo que me gustaría, pero por mi personalidad, amigos míos me dicen que puedo ser un gran segundo entrenador. No lo sé. De momento seguiré jugando. Nunca ha estado sobre la mesa, pero si Adrián me hubiera llamado para ir con él al Murcia, me habría retirado. Yo con Adrián me iría de preparador de porteros, de ayudante o de lo que fuera. Su manera de trabajar me gusta mucho. De hecho, si Adrián se hubiera ido a cualquier otro equipo, me habría gustado seguirle también.

¿A qué se debe esa fidelidad?
Nunca terminaba de ver plasmado lo que yo sentía que tenía que hacerse en un vestuario, hasta que he tenido a Adrián de entrenador. Ha tocado todos los puntos que a mí me gustan. Es honesto. Es una persona sin esquinas, sin lado oscuro. Te dice a la cara lo que opina de ti, tanto tus puntos fuertes como tus puntos débiles. Y desde el primer minuto te da a conocer el rol que espera que desempeñes. Ahí comienza un compromiso, una especie de contrato. Él ya te dice: "Yo espero de ti tal cosa". Y sabes de antemano si tu rol va a ser más importante o menos. Pero tirando por lo bajo. A partir de ahí, la realidad sólo puede mejorar lo que él te ha prometido.

¿A ti ya te avisó antes de la temporada de que serías suplente?
Sí. Cuando me llamó para ficharme, me sorprendió, porque le dije que ya tenía uno de los mejores porteros o incluso el mejor portero de Tercera, que es Juanra. Pero me dijo: "Diego, no puedo fichar jugadores caros. Lo que sí puedo hacer y voy a hacer es mejorar el cuerpo técnico en cuanto a su formación. Quiero tener el mejor cuerpo técnico de España a nivel de Tercera División, y tú vas a ser también entrenador de porteros. Independientemente de que juegues más o menos, que vas a jugar menos, tu éxito completo será que Juanra esté al cien por cien. Quiero que te lo metas en el bolsillo, que te lo ganes, que seas su hermano mayor. Y si hay alguna desgracia, jugarás". A pesar de que Adrián me avisara de que no iba a jugar, me he sentido completamente realizado. Las paradas de Juanra las he sentido propias.

No es muy habitual eso.
También es que la Tercera es más amateur. Conforme subes de categorías hay más egoísmos, cada uno mira más por lo suyo, por sus minutos, por sus renovaciones, por su dinero. Pero lo que hace Adrián es fundamental, porque una buena planificación de la plantilla en cuanto a los roles y los egos de cada jugador solventa prácticamente el 90 por ciento de problemas que te vas a encontrar durante la temporada. Lo que no puedes pretender es tener cuatro jugadores buenísimos de banda, para luego poner solamente a dos. Tienes que perder un poco en cuanto a nivel futbolístico para ganar después en continuidad de determinados jugadores.

¿Puedes poner algún ejemplo de ese 'sacrificio' futbolístico?
Adrián mandó al Ciudad de Murcia a dos futbolistas mejores que los que se quedaron en el Churra. Yo me eché las manos a la cabeza y le dije: Adrián, yo no estoy acostumbrado a esto, porque lo que he visto siempre es que los entrenadores se quedan con los mejores y sueltan a los peores. Y él me respondió: "Sí, pero si fuesen mis hijos, yo no querría tenerlos aquí sabiendo que van a jugar menos. Tienen que crecer, y yo en el Churra no puedo darles los minutos que necesitan para crecer". Si a lo mejor te quedas con esos dos jugadores y después no les das los minutos que esperan, lo que al principio son sonrisas, al final son enfados y mal ambiente. 

¿Tenías referencias de Adrián antes de llegar al Churra?
En 2012 nos sacamos juntos el carné de entrenador de nivel 2, en Murcia. Y me dijo que se iba a retirar de Segunda B de fútbol sala y que esa próxima temporada sería la primera que entrenaría en serio, en Primera Autonómica con el Churra. En esa situación, piensas: bueno, pues un entrenador más. Al que no tiene nombre lo ves como un pardillo, es normal. Pero un día, tomando un café, empezó a explicarme en una servilleta las jugadas y las rotaciones de fútbol sala que a él le gustaban, y en qué lugares del campo se podrían aplicar en fútbol. Me dio una clase magistral. Y yo pensaba: cómo no se me ha ocurrido esto antes a mí. Así que me dije: una de dos, o este chico acaba en el manicomio o va hacia arriba. Y ha ido hacia arriba.

La principal función de un entrenador es sacar el cien por cien de lo que tiene. ¿Dirías que ésa es una cualidad de Adrián?
Sí. Sabe exprimir el máximo rendimiento de su plantilla. Y sobre todo, no hace fracasar a sus futbolistas. Hay equipos de Tercera que han fracasado porque insisten en jugar a un estilo para el que no tienen jugadores, pero es el entrenador el que debe adaptarse a sus futbolistas. Y Adrián lo hace. Si hay que jugar a dos toques porque el equipo no tiene más nivel, pues se juega a dos toques. Él tiene su idea y su estilo, pero si dispone de menos mimbres, se reinventa y se adapta. Le gusta mucho pedir opinión a sus colaboradores, es una persona muy abierta.

Dices que Adrián tiene su idea y su estilo. ¿Cuáles son?
¿Que cómo juega Adrián? Le gusta el rock and roll. Le gustan los contraataques, le gusta atacar los espacios. Un estilo Liverpool, salvando las distancias, claro. Él siempre repite una frase: Cuantos más impactos al balón, más lejos del gol. Es decir, si te pones a conducir y a dar pases y pases y pases, estás equivocándote. Si uno tiene opción de tiro ya, para qué vas a buscar otro pase atrás o a banda. ¿La presión? Varía, según el rival y del momento en el que está en el equipo. Le gusta sacar el balón jugado, pero lo que no le gusta es marear la perdiz demasiado. Tiene otra virtud: sus cambios tácticos durante el partido tienen mucha influencia en el juego.

Como locales jugabais en un campo pequeño, de césped artificial, que dificultaba mucho jugar por abajo.
Sí. Pero Adrián evolucionó la plantilla sabiendo que en casa se iban a obtener peores resultados. Es decir, empezó a quitar músculo, que es lo que a priori habría sido recomendable con un campo como el del Churra, y metió a jugadores de un poco más nivel, para así sacar mejores resultados fuera de casa.

Adrián ha brillado en la gestión del grupo. ¿Crees que puede hacer lo mismo en el Murcia?
Por supuesto. Los jugadores del Murcia serán personas, ¿no? No serán tigres. Si son personas, se las va a meter en el bolsillo, seguro. Una de las claves es que le gusta que el grupo conviva mucho. Por ejemplo, después del partido del domingo había charla, y el lunes había más charla. Pero eran charlas muy dinámicas. Alternaba la risa con momentos más tensos, otras fases de explicación, de ejemplos... Siempre deseabas que no se terminara la charla, porque aprendes un disparate. Y cuando piensas que ya te lo ha enseñado todo, llega un día y te sorprende con algo nuevo. Tiene muchos recursos.

Hemos visto recientemente vídeos de varias charlas motivacionales muy intensas de Adrián. No sé si esos recursos pueden ser percibidos con más recelo por futbolistas un poco más 'crecidos', en categorías superiores.
No tiene por qué. El perfil de futbolista que va a tener el Murcia la temporada próxima no va a venir de Primera, además. Es un jugador que va a ir al Murcia buscando su oportunidad y buscando su crecimiento. Van a ir todos de la mano. Esto es como una relación sentimental: o te entregas o te abandonas. El que se entregue se va a ver recompensado. La gente habla mucho de la motivación de Adrián... pero es que lo que más motiva es lo que no se ve. Lo que más motiva es el progreso, el ser mejor cada día cuando haces lo que él te dice. El darte cuenta de que siguiendo sus indicaciones, corres menos, tocas más balón, metes más goles... Le haces caso y eres mejor. ¿Hay algo que motive más que ser mejor? Puede ser que te pegue un grito y se le escape la espuma por la boca y se le pongan los ojos ensangrentados, pero como ves que tiene razón y va de cara, lo aceptas sin problema.

Los jugadores que no son habituales suelen rajar del entrenador. ¿No ocurría eso en el Churra?
En las cenas que organizábamos, los últimos que nos íbamos éramos los que no jugábamos. Eso es síntoma de que estábamos a gusto. Si no, te vas el primero. Al final, para armar bien un vestuario necesitas que los buenos pongan su talento al servicio del equipo, y no a su servicio propio. Y también necesitas que los veteranos y los que juegan menos sumen. Un veterano que reste es peligroso. Al final, es imprescindible lo que decía antes: que cada uno acepte su rol.

¿Es verdad que Adrián no os dejaba hablar de vuestras cosas en el banquillo durante los partidos?
Sí. En el banquillo no quiere que los jugadores hablen ni de la novia, ni del programa de ayer, ni de nada que no sea fútbol. En el banquillo sólo se habla del partido, de lo que está pasando, de lo que puede pasar. También nos prohibía cualquier tipo de comentario ofensivo hacia el contrario o hacia el árbitro. Por ejemplo, en estas categorías siempre hay algún jugador muy limitado o incluso con algo de sobrepeso. Y Adrián nos decía: "El que se ría del contrario, conmigo no juega". Adrián nos chillaba a nosotros, pero nunca a los árbitros. Nos gritaba para ponernos en vereda, pero siempre sobre temas tácticos, nunca con reproches técnicos. Si te reprocho que has fallado un pase, lo que haré será ponerte más nervioso y posiblemente el siguiente lo fallarás también.

¿Podrías contarnos alguna anécdota o historia concreta de Adrián que se te haya quedado grabada?
Recuerdo una historia que es la única vez que me ha pasado en el fútbol. Llegaba el Águilas a nuestro campo, y era un partido importante porque los dos estábamos peleando por el playoff. Adrián dio la alineación, y cuando quedaban cinco minutos para salir a calentar, conocimos el once del Águilas. Adrián se puso a leerlo, le entró un tic nervioso y de repente se fue hacia un jugador gritándole: "¡¿Tú confías en mí?!". Y el jugador responde: ¡Sí!. Se va para otro y le pregunta lo mismo: "¡¿Tú confías en mí?!". Y también le responde que sí. Entonces se pone en el centro del vestuario y grita: "¡¿Confiáis todos en mí?! ¿Sí? Pues entonces: Cascales, no juegas finalmente. Te sientas y juega Mariano". Hizo un cambio de alineación a cinco minutos de salir a calentar. Nos quedamos todos boquiabiertos. Pero él lo argumenta todo. Nos dijo: "Chavales, el Águilas ha salido con todo su juego aéreo posible, ha renunciado a poner jugadores técnicos y todo va a ser juego físico. Por eso cambio a última hora la alineación".  

¿Crees que va a triunfar en el Murcia?
Sí. Lo único que espero es que no le hagan un equipo de gama demasiado baja, demasiado humilde. Que no le den un Seat Ibiza. Pero creo que Adrián va a tener un periodo largo en el Murcia. Y será muy buena señal, porque irá conociendo cada vez más el vestuario, la institución, la categoría, los rivales... Cada año que ha estado en el Churra, ha mejorado la temporada anterior. 

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