LM Valero (@mondo_moyano)
Real Murcia, 1; San Fernando, 2
¿Nunca te has perdido a ti mismo en un bar de mierda? Un sábado noche cualquiera se impone de repente el criterio del amigo equivocado, y te ves hacinado en un local de pachangueo murciano-madrileño (aspirante a madrileño, esos son los peores) que te hace ser menos tú, que te desgarra y te disminuye. La música, el ambiente, incluso la iluminación, todo se te clava, porque no concuerda con tu espíritu, sea cual sea ese espíritu, sea cual sea su calidad. Es un presente que te duele, en el que das vueltas dentro de una lavadora: desarraigado, golpeado, expuesto. Si hablas, dices cosas menos interesantes. Si te mueves, son movimientos menos coordinados. Es fácil dejarse arrastrar, aceptar esa versión reducida de ti mismo, normalizar la deriva. Pero no, no: hay que rebelarse. En mitad de ese caos, es fundamental recordar que hay una raíz a la que agarrarse, un pasado que te define. Tienes que abrir la puerta de ese presente, salir un instante fuera y asomarte a ti mismo. Una vez has recordado quién eres dentro de ese bar de mierda, tienes que enunciar en voz alta: "Pero qué hago aquí" (se gira sorprendida una chica). "Pero si a mí no me gusta esto" (se gira otra chica). Ahora en voz realmente alta: "¡Pero si yo siempre me lo he pasado bien en otro tipo de sitios!" (un portero de seguridad se dirige hacia ti). Todos podemos ser colistas un sábado noche, si se impone de repente el criterio del amigo equivocado, pero el problema es no protestar espiritualmente: no ser conscientes de que tu trayectoria de sábados noche, tu pasado, es otro distinto. Hay un pasado y a eso te agarras en los momentos de crisis, ésa es la brújula. El Real Murcia está tambaleándose ya en la jornada cuarta, pero tiene que abrir la puerta de ese presente, salir un instante y mirarse desde fuera, fijándose especialmente en su pasado, en los pasados que acumula esta plantilla, y que desde la lógica deben servir de brújula.
En el colista del Grupo IV no juegan ni Armando, ni Josema ni Curto, tres jugadores con pasado, tres jugadores que han demostrado ya cosas en un club donde pocos han demostrado algo. Lo que voy a decir a continuación no es un menosprecio, sino la cruda descripción de la realidad: es la primera vez que nuestro director deportivo hace un equipo de fútbol, el entrenador viene de Tercera, y gran parte de esta plantilla carece de experiencia en un equipo de la exigencia del Murcia. Esas incógnitas pueden despejarse para bien, los dados pueden sonreírnos, pero todo es un misterio. No hay un pasado. Y cuando llegan las tribulaciones, la trayectoria gana prestigio. "No sé si es que nos tiemblan las piernas", dijo Adrián Hernández en rueda de prensa. "Yo creo que es algo escénico, porque hay jugadores que se están viendo en una situación nueva", añadió. Ante ese tipo de palabras es imposible no acordarse de los que ya han demostrado que tienen piernas firmes. Armando ha sido titular indiscutible en un Murcia que se metió cuatro temporadas consecutivas en playoff de ascenso. Ese pasado (reciente) está ahí. Si Armando puede jugar sobrado en un Murcia que aspira a subir y no puede jugar en un Murcia tan limitado como éste, es que algo falla. Y si es que Armando está desconectado, hay que enchufarlo como sea. Por su parte, Josema es el único jugador de esta plantilla que quizás pueda estar en Primera dentro de dos o tres temporadas, y precisamente el único por el que un equipo de Primera ha ofrecido dinero este verano. No vinieron ni me temo que vendrán a por ninguno de los jugadores que le están sentando ahora mismo, sino a por Josema, que lógicamente estará pensando ahora mismo en largarse de aquí cuanto antes. En cuanto a Curto: a la pata coja, con tuberculosis y gateando sobre el césped tiene más calidad y más gol que toda la plantilla junta.
El San Fernando nos recordó precisamente que tus delanteros pueden ser capaces no sólo de rematar lo que les caiga, sino también de recibir de espaldas, bajar el balón, devolverla con criterio, inventar jugadicas, tirar paredes... jugar al fútbol. Lo que solía hacer Curto. Bien es cierto que esos delanteros no volverán a tener un partido tan cómodo como el que les facilitó la mantequillosa defensa del Murcia, con centrales que ni mordían, ni se anticipaban ni ejercían la más mínima intimidación. La primera parte fue un meneo del Sanfer, y el gol llegó en el minuto 45 como pudo llegar al principio o en el minuto 20. Fue el gol psicológico menos psicológico que recuerdo, porque se veía venir desde hacía mucho: fue consecuencia del juego y de la superioridad demostrada por el rival, que es mejor que nosotros sobre el papel, hombre por hombre, y también lo fue sobre el campo. Toda la primera parte fue psicológica.
Por supuesto, no existe la verdad absoluta, sólo aproximaciones desesperadas y dudosas y deformadas a la verdad, pero igualmente uno tiene que ejecutar esos intentos. Dice el filósofo Enrique Ballester que para escribir de lo que sea hay que tener un punto de ego, un creértelo, porque con una excesiva humildad, el folio siempre quedaría en blanco. Y sí, sí, seguramente ni puta idea de fútbol, pero el folio lo lleno igual, con mis aproximaciones. Una de las aproximaciones de Adrián a la verdad es que a este equipo "le está pesando la dinámica negativa de la que vienen muchos jugadores", en alusión a la mala temporada anterior del Murcia, supongo. Mi aproximación deformada y dudosa a la verdad se queda en territorios mucho más simples: a este equipo le está pesando algo tan sencillo como las carencias futbolísticas, y mejorará cuando disimule esas carencias o directamente no jueguen sus protagonistas. Cuando tu centro del campo tiene tan poca calidad, cuando tu lateral derecho (el único fichaje que ha mostrado potencial, si le enseñan a defender) le regala a su extremo diestro el espacio para que se meta tranquilamente por dentro en el borde del área y dispare precisamente con su derecha, cuando has plagado la posición de central de misterios insondables, cuando ninguno de los dos porteros mejora a Simón Ballester, cuando tu lateral izquierdo ha cometido ya todos los fallos graves que puede permitirse un defensa en una temporada, y cuando algún que otro jugador ha dejado ya muy claro que quizás nació en una pedanía de Moratalla o en Espinardo o en el último pueblo de Águilas antes de Almería, pero que difícilmente tiene nivel para estar en este club, a mí no me sale apelar a factores como 'la dinámica de la temporada pasada'. Yo imagino que cuando estos jugadores salen al campo no se acuerdan ya de si el año pasado fueron primeros, quintos o vigésimos, o si estaban más alegres o más decaídos entonces, igual que el Murcia campeón de Vidal no se acordaba de que el año anterior estuvo a punto de bajar a Segunda B.
No estoy entendiendo esas explicaciones de Adrián: tampoco entendí que moviera a Juanma a la mediapunta desde el puesto de mediocentro, donde venía destacando y ofreciendo su mejor virtud: el despliegue físico. Juanma no puede recibir de espaldas, no tiene claridad para eso. Quien sí demostró claridad y va a ser necesario en un equipo tan tosco es Víctor Meseguer, que debutó con muy buena nota y puede ser importante si dos pivotes le arropan y le permiten centrarse en tareas creativas. De esa valentía de Adrián también se beneficia Alex Melgar, que puede desahogar al equipo y abre una opción que han abordado muchos colistas a lo largo de la historia para salir de ahí abajo: encerrarse, defender a muerte, tirarle pelotazos a un gigante y luchar la segunda jugada. En cualquier caso, estos dos jóvenes representan tiradas de dados que pueden salir bien o mal, pero que exigen el apoyo de unas certidumbres mínimas, en otros puestos. Y debemos encontrarlas entre los nombres que todo el mundo imagina, precisamente aquellos que ya estaban aquí antes de que Algar viajara a Lorca, a Jumilla y a Guijuelo: Josema, Chumbi, Curto, Juanma, Armando, ¡incluso Bertomeu, que se ha esfumado de repente y que hoy estaría ya en Siberia junto a Simón si hubiera cometido alguno de los fallos que acumulan nuestros actuales defensas! Dice Ramón Andrés que un hombre sin memoria es un hombre condenado a extraviarse, y a este Murcia puede ocurrirle algo parecido. Nuestra memoria debe ser nuestro rumbo. Colistas sí, pero con pasado.
El San Fernando nos recordó precisamente que tus delanteros pueden ser capaces no sólo de rematar lo que les caiga, sino también de recibir de espaldas, bajar el balón, devolverla con criterio, inventar jugadicas, tirar paredes... jugar al fútbol. Lo que solía hacer Curto. Bien es cierto que esos delanteros no volverán a tener un partido tan cómodo como el que les facilitó la mantequillosa defensa del Murcia, con centrales que ni mordían, ni se anticipaban ni ejercían la más mínima intimidación. La primera parte fue un meneo del Sanfer, y el gol llegó en el minuto 45 como pudo llegar al principio o en el minuto 20. Fue el gol psicológico menos psicológico que recuerdo, porque se veía venir desde hacía mucho: fue consecuencia del juego y de la superioridad demostrada por el rival, que es mejor que nosotros sobre el papel, hombre por hombre, y también lo fue sobre el campo. Toda la primera parte fue psicológica.
Por supuesto, no existe la verdad absoluta, sólo aproximaciones desesperadas y dudosas y deformadas a la verdad, pero igualmente uno tiene que ejecutar esos intentos. Dice el filósofo Enrique Ballester que para escribir de lo que sea hay que tener un punto de ego, un creértelo, porque con una excesiva humildad, el folio siempre quedaría en blanco. Y sí, sí, seguramente ni puta idea de fútbol, pero el folio lo lleno igual, con mis aproximaciones. Una de las aproximaciones de Adrián a la verdad es que a este equipo "le está pesando la dinámica negativa de la que vienen muchos jugadores", en alusión a la mala temporada anterior del Murcia, supongo. Mi aproximación deformada y dudosa a la verdad se queda en territorios mucho más simples: a este equipo le está pesando algo tan sencillo como las carencias futbolísticas, y mejorará cuando disimule esas carencias o directamente no jueguen sus protagonistas. Cuando tu centro del campo tiene tan poca calidad, cuando tu lateral derecho (el único fichaje que ha mostrado potencial, si le enseñan a defender) le regala a su extremo diestro el espacio para que se meta tranquilamente por dentro en el borde del área y dispare precisamente con su derecha, cuando has plagado la posición de central de misterios insondables, cuando ninguno de los dos porteros mejora a Simón Ballester, cuando tu lateral izquierdo ha cometido ya todos los fallos graves que puede permitirse un defensa en una temporada, y cuando algún que otro jugador ha dejado ya muy claro que quizás nació en una pedanía de Moratalla o en Espinardo o en el último pueblo de Águilas antes de Almería, pero que difícilmente tiene nivel para estar en este club, a mí no me sale apelar a factores como 'la dinámica de la temporada pasada'. Yo imagino que cuando estos jugadores salen al campo no se acuerdan ya de si el año pasado fueron primeros, quintos o vigésimos, o si estaban más alegres o más decaídos entonces, igual que el Murcia campeón de Vidal no se acordaba de que el año anterior estuvo a punto de bajar a Segunda B.
No estoy entendiendo esas explicaciones de Adrián: tampoco entendí que moviera a Juanma a la mediapunta desde el puesto de mediocentro, donde venía destacando y ofreciendo su mejor virtud: el despliegue físico. Juanma no puede recibir de espaldas, no tiene claridad para eso. Quien sí demostró claridad y va a ser necesario en un equipo tan tosco es Víctor Meseguer, que debutó con muy buena nota y puede ser importante si dos pivotes le arropan y le permiten centrarse en tareas creativas. De esa valentía de Adrián también se beneficia Alex Melgar, que puede desahogar al equipo y abre una opción que han abordado muchos colistas a lo largo de la historia para salir de ahí abajo: encerrarse, defender a muerte, tirarle pelotazos a un gigante y luchar la segunda jugada. En cualquier caso, estos dos jóvenes representan tiradas de dados que pueden salir bien o mal, pero que exigen el apoyo de unas certidumbres mínimas, en otros puestos. Y debemos encontrarlas entre los nombres que todo el mundo imagina, precisamente aquellos que ya estaban aquí antes de que Algar viajara a Lorca, a Jumilla y a Guijuelo: Josema, Chumbi, Curto, Juanma, Armando, ¡incluso Bertomeu, que se ha esfumado de repente y que hoy estaría ya en Siberia junto a Simón si hubiera cometido alguno de los fallos que acumulan nuestros actuales defensas! Dice Ramón Andrés que un hombre sin memoria es un hombre condenado a extraviarse, y a este Murcia puede ocurrirle algo parecido. Nuestra memoria debe ser nuestro rumbo. Colistas sí, pero con pasado.
Real Murcia: Lejárraga, Álvaro Rodríguez, Antonio López, Julio Algar (Álex Melgar, 65'), Iván Pérez, Manolo, Juanra, Juanma (Meseguer, 65'), Marcos Legaz, Peque (Dorrio, 73') y Chumbi.
Goles: 0-1 (Omar Perdomo, 45'). 0-2 (Hugo Rodríguez, 60') 1-2 (Álex Melgar, 68').
No hay comentarios:
Publicar un comentario