¿Dónde le ponemos el listón a la ex casa de putas?


LM Valero

Recreativo de Huelva, 0; Real Murcia, 0
Lo más importante que ocurre estos días en relación con el Murcia son los tuits que publica Daniel Moreno, uno de los miembros del Consejo que trabaja (gratis) para salvar al Murcia, y además uno de los que cumple el perfil con el que siempre soñamos para la trastienda de nuestro club: un tecnócrata austero especializado en números y leyes. En esos tuits, Daniel anuncia cada acuerdo que el club alcanza con los acreedores. Hace muy bien en publicarlos uno a uno: ahora acuerdo con Capdevila, ahora con Ochoa, porque esa arqueología de las deudas mantenidas durante más de diez años hay que desempolvarla una y otra vez para que todos seamos conscientes de la auténtica casa de putas que hemos sido. Unos colgaron el cartel de 'Casa de putas' en las condominas y colocaron las luces de neón, pero sobre esos no hay tentación de hablar, porque aquellos comisionistas no eran de Murcia ni del Murcia, porque su negocio era colocar esos carteles allí donde desembarcaban. Sobre los que sí hay tentación de hablar es sobre esos presuntos murcianistas que entraron a la casa de putas, vieron esas deudas, cerraron los ojos y pensaron: ya vendrán otros a enfrentar esto, porque yo no voy a hacerlo, yo no pienso quitar las luces de neón. Esa pornografía de las deudas prehistóricas nos recuerda lo que ha sido una gigantesca casa de putas, en pasado, una ex casa de putas, porque ya no lo es. Hay cosas que cambian, pero otras no: como casa de putas no solíamos ganarle al Recre, y como ex casa de putas seguimos sin ganarle al Recre.

Lo segundo más importante que ocurre estos días en relación con el Murcia son los once humanos que saltan cada domingo a un campo de fútbol para intentar ganar partidos. Nuestros jugadores acumulan ya cinco sin ganar y siguen a un paso de la zona de descenso a Tercera, lo cual es cuando menos decepcionante para cualquier Murcia de la historia. Otra cosa es que a este equipo queramos colocarle un asterisco por la austeridad actual, y convertirlo en palomita suelta. Hay muchos partidarios de esta teoría y de, en consecuencia, bajar el listón hasta que tropiece con el listón del Villarrobledo y se oiga plonk. Supongo que este enfoque bendice que a nuestro portero le sacasen tarjeta amarilla por perder tiempo en la primera parte, con 0-0. Son cosas a las que no estábamos acostumbrados, pero que quizá se vuelvan habituales en adelante. Si éste va a ser el rasero, perfecto, pero yo quiero poner sobre la mesa algunas cosas. Según una noticia publicada por Onda Regional hace un par de meses, el Murcia tiene 700.000 euros de presupuesto, es decir, el décimo de su grupo. A esto hay que aplicarle un ajuste: 700.000 euros no dan para lo mismo en el Murcia que en el Villarrobledo, porque nosotros podemos optar a jugadores que nunca irían por la misma cifra al Villarrobledo. Es decir, el Murcia puede jugar con el prestigio que aún conserva, y con el hecho de que la repercusión de meter diez goles en el Murcia no es la repercusión de hacer lo mismo en otro equipo. De hecho, esa baza es la única que podemos utilizar para atraer a jugadores de un nivel que se escapa a nuestra economía, y se intuye que no es una baza que se jugó este verano. ¿Por qué? Eso es un misterio. Nos encogimos de hombros y nos limitamos a nosotros mismos, para traernos jugadores que vinieron por cuatro perras pero que, ojo, en su mayoría habrían venido seguramente por dos, porque así de humilde era su trayectoria. No sé si este tipo de fichajes tiene mucho mérito. El mérito es traerte por cuatro perras al que en principio sólo habría venido por siete. Por cierto, el Yeclano tiene 350.000 euros de presupuesto según esa noticia, la mitad que el Murcia. Y no lo menciono por ventajismo, sino por recordarnos a todos algo que parece que se nos ha olvidado entre tanto elogio apasionado a los rivales y a sus figuras: esto es Segunda B y cualquier bloque medio apañado puede estar arriba, más allá de su presupuesto. Pero si es que queremos hablar de presupuesto, y efectuando el pertinente ajuste al nuestro, nuestra zona 'natural' este año es la media-alta de la clasificación.

Bajar el listón tiene una ventaja: que hay que dar menos explicaciones, y que todo puede llegar a valer. No sé si la progresiva sentimentalización del club (positiva, en general) puede estar llevando a cierto conformismo, y entre todos nos estamos olvidando de llamar a las cosas por su nombre. Cuando el director deportivo se trae de central a su hijo desde Tercera y pasados tres meses de competición no sólo es el último central de la plantilla sino que el entrenador prefiere poner en ese puesto a un centrocampista (Juanra) antes que a este jugador, eso tiene una autocrítica que realizar. A eso hay que ponerle nombre. Si se queda sin nombrar, el listón ha hecho plonk porque ha tropezado con el del Villarrobledo. Y, como ésta, muchas otras deficiencias a las que hay que bautizar por simple exigencia sana de este escudo. Es necesario nombrarlo. La afición del Celtic es mucho 'mejor' que la del Madrid, en lealtad, en nobleza, en agradecimiento a sus jugadores, pero eso hace que en el Celtic pueda estar jugando tranquilamente de delantero un tuercebotas, mientras que si jugara en el Madrid, el Bernabéu le pega tal pitada a los cinco minutos que ya no vuelve a jugar nunca más. Injusto, desagradable, pero un mecanismo de defensa de la grandeza, al fin y al cabo. El Murcia debe tener mecanismos para defender lo que queda de su relativa grandeza, al menos en estas categorías, y debe señalar lo que no se corresponde con esa exigencia, porque si no, nada nos diferenciará del resto. Entonces dejaremos de escuchar el plonk porque el listón ya estará definitivamente bajado.

El partido también fue bastante plonk, con un Murcia inferior que nunca conectó con sus dos islas de arriba. Curiosamente, tanto Marbella como Recre se vieron tan superiores al Murcia que a última hora se envalentonaron por completo y dejaron muchos espacios a sus espaldas. En consecuencia, pudimos ganar perfectamente ambos partidos, con contragolpes de última hora. Adrián dijo a comienzos de temporada que tardaríamos en ver el Murcia que él busca, y efectivamente, la cosa está tardando. Lo bueno: el entrenador parece haber dotado al equipo del oficio mínimo para transitar por la categoría. O dicho de otro modo: es casi seguro que este partido, y el del Linense, y el del Marbella, hubieran sido derrotas a comienzos de temporada. Ahora sobrevivimos y rascamos empates que nos mantienen en marcha. Lentos pero en marcha, y con Daniel Moreno publicando periódicamente los tuits que anticipan la supervivencia de una ex casa de putas.

Real  Murcia: Lejárraga; Dorrio, Edu Luna, Armando, Juanra, Iván Pérez; Juanma, Víctor Meseguer, Josema (Andy, 69'); Chumbi (Peke, 82') y Toril (Melgar, 65'). 
Goles: No les hubo.

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