El arte de agigantar humanos


LM Valero

Badajoz, 0; Real Murcia, 0.
Dorrio mide cuatro centímetros más que hace dos meses, y a lo mejor dos centímetros los ha aportado él mismo al estirar el cuello hacia arriba, pero otros dos centímetros los ha puesto su entrenador, Adrián Hernández, al agarrarlo del cuello y estirar él, vamos Dorrio, crece, ponte a correr y a defender como no has corrido ni defendido nunca. ¿Entonces eres un estirador, Adrián? ¿Un agigantador de humanos? Eso ya es algo serio, e incluso algo bastante más serio que cualquier otra virtud evidenciada hasta ahora por este Murcia que se afianza poco a poco. Hacer que Dorrio gane dos centímetros te separa de ese grupo mayoritario de técnicos (¡de jefes!) que simplemente dejan a los jugadores (¡a los trabajadores!) en la misma altura con la que los encontraron, o que incluso los encogen con un rayo fulminante de mediocridad. Darle dos centímetros a tus dorrios es aportar valor añadido a tu organización, y por qué no decirlo, también dinero. Esa cualidad marca la diferencia, porque significa no limitarte a trabajar con lo que hay, sino invertir tu tiempo en buscar lo que todavía no hay pero crees que puede llegar a haber. No es que los jefes suelan estar muy ocupados para hacer esa labor de I+D con sus empleados, sino que suelen mentir al decir que están muy ocupados para hacer esa labor de I+D. Es falso que no puedan, simplemente no quieren, o no saben, y entonces pasan por la vida de sus empleados sin variarles lo que miden, o incluso los menguan. No pocos empleados han descubierto horrorizados en una balanza medidora de farmacia que sus jefes les han robado descaradamente tres o cuatro centímetros, precisamente los centímetros decisivos. Pasado el tiempo, te encuentras a ese jefe por la calle y lo señalas con el dedo acusador: tú, tú... tú eres el que me robó tres centrímetros. Algunos incluso se acercan a ese ex jefe y verbalizan la reclamación: me debe usted tres centímetros, señor, devuélvamelos. Los procesos de reducción de humanos están a la orden del día, pero Adrián no parece ese tipo de jefe.

Y no es Dorrio el único al que hay que actualizarle la altura. Juanma, Víctor Meseguer, Álvaro Rodríguez o incluso Edu Luna están hoy más cerca del cielo que hace un par de meses, y es de esperar que Josema siga el mismo camino. Marcos Legaz es otro que lo tiene todo para desarrollarse, pero algo me dice que su mentalidad es la mayor resistencia. Qué duro debe ser para él mirar a Dorrio en cada entrenamiento y pensar: yo soy mejor que éste en todo, pero éste es mejor que yo en lo que importa. Incrementar a Marcos Legaz es uno de los retos que tiene por delante Adrián, y no se sabe si será posible, pero al menos existe el potencial. Adrián sabe de retos difíciles, y sobre todo ha demostrado talento para mejorar a una plantilla muy limitada y sacarse de la chistera conejos con los que no se contaba. Adrián nos ha enseñado un sombrero negro para que lo miráramos bien, y hemos comprobado que efectivamente estaba vacío, pero de repente ha hecho un movimiento rápido de muñeca, se ha filtrado una humareda extraña y han aparecido de la nada Álex Melgar y Víctor Meseguer. Entonces hemos aplaudido, sorprendidos. Ahora todo el mundo parece tener clarísimo que Meseguer es el mejor centrocampista de la categoría, pero este chico existe porque ha salido de un sombrero, y el que lo ha sacado de ahí es su entrenador. Muchos otros con el mismo talento o más se quedaron para siempre encerrados en el sombrero, sin que ningún mago se atreviera a hacer el truco.

El Murcia realizó uno de los mejores partidos de la temporada, y en ello pudo influir el hecho de que nadie esperara que lo realizara. Este equipo tiene serios problemas para dominar los partidos y para  marcar la diferencia a base de calidad, entre otras cosas porque no va sobrado de ella. Por eso se sintió muy cómodo ante un equipo que le perdió el respeto y le dio más espacios que la mayoría de rivales. Falló el último pase, que no es nuestro fuerte a día de hoy, si bien tampoco son muchos en esta categoría los que pueden dar lecciones de esa asignatura. Lo importante es que perdiendo, ganando y empatando ya somos sólidos, y es muy difícil bajar a Tercera así. Por lo demás, toda la atención se dirige al 31 de diciembre, y a la culminación de la extraordinaria labor de la actual directiva para gestionar las aportaciones de particulares y empresas, dar viabilidad al club y negociar quitas de la deuda concursal. Economistas y abogados de referencia han hecho tareas de economistas y abogados, y eso era justo lo que necesitaba el Murcia en esta etapa. Lo que viene a continuación, si es que el prejuzgado Alfonso García o algún otro empresario van en serio, es una disputa por el poder, y la  repentina discusión filosófica sobre si un club arruinado necesita un dueño que meta pasta o no. Es decir, la discusión sobre si necesitamos que alguien nos haga crecer en el corto plazo seis centímetros (mandando él), o si podemos esperar unos cuantos años a crecerlos nosotros solos (mandando igualmente uno o dos, eso no cambia nunca).

Real MurciaTanis; Julio Algar, Edu Luna, Juanra, Iván Pérez, Álvaro Rodríguez; Meseguer, Juanma, Dorrio (Albert, 88'), Víctor Curto (Peque, 69') y Toril (Josema, 75').
Goles: Non.

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