El falso final


Cartagena, 2; Real Murcia, 1
Por algunas miradas de aficionados del Murcia desfilaban títulos de créditos. No tenían pupilas, sólo había letras bajando muy lentamente. Una gran tarde para el fundido a negro final, fue la de Cartagena; una gran tarde para sellar, para acurrucarse, cerrar los ojos, ir hacia la luz. Un poste, dos postes, tres postes en esa segunda parte, la posición fetal. Y luego el 2-1 del Cartagena, que nos sacudió definitivamente. Sepultureros cavando, empleados de funeraria tomándonos las medidas, crisantemos creciendo en la grada. Tentación de dejarse ir, de caminar realmente hacia la luz. Y sin embargo, al final espabilabas y caías en la cuenta: no, no, hoy no es el final para nosotros, hoy es el final para ellos, que tras esta victoria-oasis dentro de una temporada mediocre ya no tienen más motivos para mantener los ojos abiertos. Nosotros sí, nosotros tenemos más tardes, nuestro mes de mayo será largo. Habrá un final, quién sabe si hermoso o feo, pero nuestro telón no cae en Cartagena, no cae en la tarde de los telones supuestamente caídos, en la tarde en la que todo olía a final, a muerte, a candados cerrados para siempre. El Murcia abre tranquilamente su féretro y sale caminando con las manos en los bolsillos, dando pataditas a una lata. En apariencia, el Murcia murió en casa contra el Ucam. En apariencia, el Murcia murió aún más contra el Recreativo de Huelva. En apariencia, el Murcia murió del todo el sábado en Cartagena. Pero en realidad, al Murcia le martilleas sutilmente una rodilla y reacciona. El Murcia sigue vivo.

De regreso a la ciudad, yo caminaba tan vivo como mi equipo, y sólo me pesaba algo en los bolsillos: la primera parte. En esa primera parte no era posible distinguir cuál de los dos equipos tenía que ganar y a cuál, simplemente, le apetecía ganar. Esa diferencia de verbos hay que marcarla a estas alturas de temporada, se tiene que notar mucho más, y desde el comienzo. Yo esperaba más empuje, más urgencia. Ese resquemor por el primer tiempo está condicionado, lógicamente, por el sonido casi traumático del balón besando postes de la portería del Cartagena, en la segunda mitad. Sólo con que uno de esos sonidos hubiera sido feliz en vez de infeliz, la primera parte no me pesaría en los bolsillos como de hecho me sigue pesando ahora, porque esa primera parte fue la de un equipo a la expectativa, en vez de la de un equipo que toma la iniciativa. En la segunda parte sí que marcamos esa diferencia de verbos, apoyados en Pumar y Carlos Álvarez, inconmensurables. Pero no bastó.

Esa segunda parte y sus paisajes forman un gigantesco aquelarre que conviene recordar con total parsimonia, sin alterarse. Los seguidores de este Cartagena celebraron la victoria como es de esperar en casi cualquier afición del sureste: con la elegancia de un leñador borracho. No me molestó, e incluso me pareció tierno. Yo contemplaba muy tranquilo todos esos rostros desencajados, todos esos aspavientos, todo ese rencor desparramado. Me topé con el misterio más íntimo de todos ellos, y una vez ante ese misterio, me quedé mirándolo fijamente, vacío por dentro. Parecían tan contentos... Casi felices. Cantaban "¡Ucam, Ucam!" mientras te miraban eufóricos con ojos saltones, y de esta manera creían estar lanzándote a la cabeza algo muy pesado, muy contundente. Sin embargo, lo que te llegaba finalmente a la cabeza era algo hecho como de gomaespuma, el objeto arrojadizo de un bebé. "Angelicos", pensabas entonces. Angelicos. "El año que viene nos vemos otra vez", cantaron. Nos bajaron el telón, realmente etiquetaron esa tarde como la tarde de los telones caídos. Pero no, no. El telón no cae en la bella Cartagena. Cómo va a caer el telón, si la obra ni siquiera ha comenzado.

PD: Gracias

Real Murcia: Fernando; José Ruiz, Pumar, Ruso, Armando, Jaume, Fran Moreno (Arturo, 72′), Chavero, Carlos Álvarez, Germán (Rafa de Vicente, 62') y Javi López (Isi, 77').
Goles: 1-0 (Chus Hevia, 25'), 1-1 (Chavero, de penalti, 28'), 2-1 (Juanlu Hens, 83').

4 comentarios:

  1. ¿Sabes lo peor de todo, Mondo Moyano? Que todavía te creerás que escribes de maravilla porque te pasan la mano por el lomo cuatro colegas. ¡Ay, pobretico! No deshonres a tu equipo con textos así, anda, que le vas a dar la razón a los cartageneristas que afirman eso de que entre la afición murcianista lo peor son esos paletos mal disfrazados de caballeros. Hazle un favor a tu afición (entre la que cuento con amigos) y no le des más a la tecla para comentar derbis regionales con tanta metáfora barata. Un abrazo y viva Murcia, ciudad a la que amo (al Real Murcia nunca, por supuesto).

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  2. Si no te gusta como escribe está persona, no la leas.

    Por lo visto te da rabia la gente que tiene capacidad de hacer las cosas de forma distinta y con mucha originalidad.

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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